René “Manudo” Guzmán, señalado por la Justicia federal como el supuesto jefe del denominado cartel de Acambuco, rechazó un acuerdo de juicio abreviado que le ofrecía una condena unificada de 18 años de prisión y quedó así encaminado a enfrentar un juicio oral y público. La decisión se tomó durante una audiencia realizada en Rosario, en el marco de una causa por narcotráfico que investiga uno de los mayores cargamentos de cocaína secuestrados en los últimos años.
En la misma instancia, el camionero santiagueño Emanuel Vizcarra, acusado de transportar 427 kilos de cocaína ocultos en un cargamento de porotos, también se negó a aceptar una condena abreviada de ocho años. Ambos imputados optaron por no reconocer responsabilidad penal y esperar el debate oral, previsto recién para 2026.
La causa tiene fuerte impacto en Salta y en el norte argentino, ya que Guzmán es considerado una figura clave en el circuito del narcotráfico regional. Para los investigadores, la organización operaba trasladando grandes volúmenes de droga desde zonas cercanas a la frontera hacia los principales centros urbanos del país, utilizando rutas estratégicas y camiones de carga pesada como fachada.
El expediente tiene como hecho central el procedimiento realizado el 18 de marzo de 2023 sobre la autopista Rosario–Buenos Aires, a la altura del peaje de General Lagos. Allí, efectivos de Gendarmería Nacional interceptaron un camión que transportaba unas 35 toneladas de porotos con destino al Mercado Central. Durante el control, un perro antinarcóticos marcó la presencia de estupefacientes y, tras la requisa, se hallaron 427 kilos de cocaína escondidos entre la mercadería.
El cargamento, valuado en más de dos millones de dólares en origen, fue considerado un golpe significativo al narcotráfico. A partir de ese operativo, la investigación avanzó sobre una estructura más amplia, integrada por casi una veintena de personas, entre financistas, intermediarios y responsables logísticos.
Para la acusación, Vizcarra no actuaba solo, sino como parte de una red organizada. En ese entramado aparece el nombre de Guzmán, a quien se le atribuye un rol de conducción dentro de la banda. Sin embargo, las defensas de ambos imputados sostienen que no eran los dueños de la droga y que su participación no fue la que describe la Fiscalía, argumento central por el cual rechazaron los acuerdos abreviados.
Guzmán ya cumple una condena de seis años de prisión por un episodio ocurrido en abril de 2023, cuando fue detenido tras enfrentarse a tiros con Gendarmería Nacional en el departamento Copo, en Santiago del Estero, en una zona cercana al límite con Salta. Por ese hecho, fue condenado por un tribunal oral federal. La propuesta rechazada incluía la unificación de esa pena con una nueva condena por narcotráfico.
La trayectoria del presunto jefe narco también está atravesada por hechos de extrema violencia. Mientras permanecía detenido, su esposa —embarazada— se trasladó a Santiago del Estero, donde nació el hijo de la pareja. Tiempo después, la mujer fue asesinada de tres disparos cerca de Yacuiba, Bolivia, en un ataque que también dejó herido al niño. El crimen fue interpretado en ámbitos judiciales como un mensaje mafioso vinculado a disputas internas del narcotráfico.
Con el rechazo de los juicios abreviados, la causa se encamina ahora a un juicio oral de alto impacto, donde se intentará reconstruir el funcionamiento de una organización que, según la acusación, operaba desde el norte del país y utilizaba corredores clave para el tráfico de drogas a gran escala. Hasta entonces, Guzmán y Vizcarra continuarán detenidos a la espera de una definición judicial que promete volver a poner en foco el avance del narcotráfico en la región.