Rosario de la Frontera volvió a quedar marcada por un grave episodio de violencia familiar que generó preocupación entre los vecinos y puso en alerta a las autoridades judiciales. Un hombre de 37 años fue detenido luego de irrumpir en el domicilio de su expareja, causar daños materiales y proferir amenazas delante de sus hijos menores de edad. El caso ocurrió el pasado 7 de diciembre en el barrio 200 Viviendas, uno de los sectores más poblados de la ciudad, y actualmente es investigado por la Fiscalía Penal local.
Según la denuncia radicada por la víctima, la situación comenzó cuando empezó a recibir mensajes amenazantes de su expareja, con quien había finalizado la relación hace un tiempo y con quien mantiene un conflicto que, de acuerdo con su versión, viene escalando en los últimos meses. Mientras se encontraba en su casa con sus hijos, los mensajes se volvieron más insistentes y agresivos, lo que generó temor ante la posibilidad de que él se presentara en el domicilio.
Minutos después, el hombre llegó al lugar a bordo de su automóvil y, sin mediar diálogo, embistió el portón de ingreso con el vehículo, provocando importantes daños y logrando así acceder al interior del terreno. La maniobra dejó inutilizado el acceso principal de la vivienda y causó el susto inmediato de los menores, que se encontraban dentro de la casa cuando escucharon el impacto.
Una vez que ingresó, el acusado comenzó a golpear la puerta interna y finalmente logró entrar, momento en que la violencia escaló aún más. De acuerdo con el relato de la mujer, él intentó agredirla físicamente mientras la insultaba y la amenazaba, todo esto frente a sus hijos, quienes quedaron en estado de shock ante la escena. La víctima sostuvo que temió por su integridad y la de los menores, ya que la conducta del hombre era cada vez más agresiva y descontrolada.
A pesar del caos, la mujer logró tomar su celular y comunicarse con el Sistema de Emergencias 911. La intervención policial fue rápida: un móvil llegó hasta la vivienda y los efectivos ingresaron para contener la situación, resguardar a la mujer y a los niños y detener al agresor, que todavía se encontraba en el interior del domicilio cuando llegó la patrulla.
Tras su aprehensión, el caso pasó a manos del fiscal penal de Rosario de la Frontera, Oscar López Ibarra, quien imputó provisoriamente al detenido por los delitos de violación de domicilio, amenazas y daños, todos en concurso real, lo que agrava la situación procesal del acusado. Durante la audiencia de imputación, la Fiscalía solicitó que el hombre continúe detenido mientras se desarrollan las medidas investigativas necesarias para esclarecer completamente lo ocurrido.
Para el equipo fiscal, la gravedad del episodio —que incluye daños materiales, irrupción violenta en una vivienda familiar y amenazas frente a menores— amerita mantener la detención preventiva con el fin de proteger a la víctima y garantizar el avance seguro del proceso. Además, se analizará si existen antecedentes de denuncias previas o medidas de restricción que pudieran haber sido desobedecidas, lo cual podría derivar en nuevas imputaciones.
En el barrio 200 Viviendas, el hecho generó fuerte preocupación. Algunos vecinos aseguraron que escucharon el golpe del vehículo contra el portón y los gritos posteriores, lo que convirtió la noche en un episodio de tensión que rápidamente se viralizó entre los habitantes de la zona. Muchos coinciden en que los casos de violencia familiar y conflictos derivados de separaciones se han vuelto más frecuentes en el último tiempo, y que varios episodios terminan interviniendo la Policía o el 911.
La situación también vuelve a poner sobre la mesa la importancia de las denuncias tempranas y la necesidad de fortalecer los mecanismos de protección para mujeres que atraviesan situaciones de violencia en el interior provincial. Rosario de la Frontera, al igual que otras ciudades del sur salteño, registra cada año un número importante de intervenciones policiales por conflictos intrafamiliares, algunos de los cuales derivan en hechos graves como el que ahora investiga la fiscalía.
Mientras tanto, la investigación continuará con la toma de declaraciones a la víctima, los menores y posibles testigos, así como con peritajes sobre los daños provocados en la vivienda y el portón embestido. También se evaluará el contenido de los mensajes amenazantes enviados antes del ataque, que podrían constituir una prueba clave para sostener la imputación por amenazas.
Por el momento, el acusado permanece detenido a disposición de la Justicia. La mujer y sus hijos reciben acompañamiento y contención para afrontar el impacto emocional de lo vivido, mientras esperan que la situación avance en el ámbito judicial con las medidas de protección necesarias.