La tranquilidad de una familia salteña se vio alterada en las primeras horas de este jueves cuando descubrieron que su hijo de 10 años no estaba en su habitación. Según las cámaras de seguridad del domicilio, el menor había salido de la casa a las 5 de la madrugada con una mochila en la espalda y rumbo desconocido, lo que generó gran preocupación entre los padres.
Inmediatamente, los progenitores dieron aviso al Sistema de Emergencias 911 y realizaron la denuncia correspondiente, lo que activó un operativo de búsqueda que se desplegó por distintos sectores de la ciudad. Durante las primeras horas, la Policía informó erróneamente que se trataba de otro niño de 12 años extraviado, generando confusión entre los vecinos y familiares.
Finalmente, alrededor de las 7 de la mañana, efectivos policiales lograron hallar al menor en inmediaciones del Aeropuerto Martín Miguel de Güemes. Según informaron, el niño había caminado durante más de dos horas por calles y avenidas de la ciudad, sin que nadie advirtiera su situación ni pudiera asistirlo, hasta llegar a una zona tan transitada como la del aeropuerto.
De acuerdo con lo informado por fuentes policiales y medios locales, esta es la primera vez que el niño protagoniza un episodio de este tipo. Las razones que lo llevaron a abandonar su hogar a esa hora todavía se desconocen, y se continúa evaluando su estado emocional junto con su familia.
El menor fue restituido a sus padres y se encuentra en buen estado de salud. Sin embargo, el episodio generó alarma en la comunidad, ya que expuso los riesgos que enfrentan los niños al deambular sin supervisión, incluso en zonas con alto tránsito vehicular y peatonal.
Vecinos de la zona destacaron la rapidez con la que actuó la Policía y la importancia de los sistemas de seguridad en los hogares, como las cámaras, que permitieron constatar los movimientos del niño y acelerar la búsqueda. “Es impresionante que un chico de 10 años pueda caminar tanto tiempo sin que nadie se dé cuenta, pero lo importante es que volvió sano y salvo a su casa”, comentó un vecino del barrio.
El caso volvió a poner en foco la necesidad de reforzar la prevención y la educación sobre seguridad infantil, además de la importancia del acompañamiento familiar y comunitario para evitar situaciones de riesgo en menores de edad.