La familia de Jésica Gutiérrez, desaparecida en La Caldera el 11 de septiembre de 2024, reclamará justicia hoy a las 10 de la mañana en las puertas de la Ciudad Judicial.
Los vecinos y la familia aseguran que desean respuestas creíbles y resultados porque estiman que la buscan por donde saben que no está. "Queremos una investigación del siglo XXI, con análisis de entrada y salida de todos los vehículos y que se perite el número de mi hermana para saber todo lo que pudo haber ocurrido minutos antes de desaparecer. Después de un año de búsqueda tenemos la sospecha de que tal vez la sacaron del pueblo y que hay personas que saben lo que pasó, de eso estamos seguros", dijo María ayer a El Tribuno.
La historia de esta mujer de La Caldera aún no tiene título. Nada se sabe de ella desde la madrugada del 11 de septiembre de 2024, cuando se la filmó atendiendo su celular mientras atravesaba una plazoleta iluminada de La Caldera.
La filmación llegando a su domicilio es elocuente: no estaba huyendo. Jésica había salido de su trabajo minutos antes. Su pareja nunca fue detenido y apareció sospechosamente suicidado tres días después de la desaparición de la joven. Aunque llamativamente no dejó —según María, hermana de Jésica— ninguna nota de despedida para su familia y sus hijos, chicos a quienes él llevó a la escuela la mañana en que su madre ya estaba ausente.
Ella, aparentemente, salió de su trabajo cerca de las 23.40 del 10 de septiembre y caminó las casi 14 cuadras hasta su domicilio, donde nunca llegó. Al reconstruir el derrotero se la ve pasar por la plazoleta Pastor Lizondo, despreocupada. Su hermana afirmó ayer a El Tribuno que "la verdad huye cada vez más. Es extraña esta desaparición. Si no se quiere, no se puede".
Se sabe que la noche de su desaparición la joven vestía un pantalón cargo color fucsia, una campera negra y zapatillas blancas. Su teléfono no apareció. Tampoco se sabe si su número fue peritado para descubrir con quién chateó antes de llegar a la plaza, cuando fue filmada, porque allí podría estar la clave del misterio.
María recordó que "esa noche casi no había tráfico y los movimientos de vehículos podrían haberse investigado. Por eso queremos ver las cámaras, incluso hasta el amanecer. En la casa no había desorden ni sangre ni se escucharon gritos ni peleas. El CIF no halló nada allí. Dónde fue, quién fue; eso queremos saber, caiga quien caiga. Porque así debe ser".
"Para nosotros hay terceras personas involucradas e incluso la muerte de mi cuñado tampoco estuvo clara: se cerró en suicidio. El esposo salió a buscarla al mediodía del jueves 12, y el sábado 14 apareció sin vida en El Nogalar, cerca del río. Eso no nos quedó muy claro", concluyó.