El vicepresidente de la Cámara PyME de Salta, Walter Álvarez, no se guardó nada: “La reforma es supernecesaria. Si no cambian las reglas, seguimos asfixiando al que da laburo”. En la misma sintonía, Freddy Soria, secretario de la Cámara Hotelera y Gastronómica, remarcó que Salta lleva diez años pidiendo un sistema de mediación justa antes de que cualquier despido termine en Tribunales.
Álvarez explicó que hoy un empresario puede cerrar la persiana por despedir a un empleado que robó. “Te caen con un juicio exprés y chau pyme. Eso espanta inversiones y mata puestos de trabajo en blanco”, sentenció. Por eso aplaude el banco de horas y la mochila austríaca: “El que quiere poner gente en blanco lo hace, pero no lo castiguen por generar empleo”.
Soria puso el foco en lo local: “En Salta los procesos laborales no son imparciales. Queremos conciliación obligatoria administrativa para que empleado y empleador se sienten antes de que explote todo”. Asegura que ocho de cada diez conflictos se resolverían en una mesa y no en un juzgado.
Las dos cámaras coinciden en un dato duro: las pymes salteñas dan el 70 % del empleo formal de la provincia. Sin embargo, la caída del consumo y los costos fijos las tienen contra la pared. “El turista viene, pero gasta menos; el vecino compra lo justo. Sin alivio laboral, la recuperación no llega al bolsillo de nadie”, graficó Soria.
Los empresarios celebran que el Gobierno nacional escuche, pero no bajan la guardia. “Necesitamos menos trámites, menos litigiosidad y reglas que premien al que contrata, no al que especula con demandas”, resumió Álvarez. Agregó que los sindicatos pondrán el grito en el cielo, “pero los curros se terminan”.
En los cafés de la Balcarce y en las oficinas de la avenida Reyes Católicos se repite la misma frase: “El trabajo nace en la pyme, no en un ministerio”. Por eso piden que la reforma llegue rápido y con letra chica salteña: conciliación local, fondos individuales de despido y cero tolerancia a los juicios truchos.
Mientras tanto, el fin de año asoma complicado. Las luces de Navidad ya cuelgan en la peatonal, pero los comerciantes cuentan los días para pagar aguinaldos con la caja justa. “Hay esperanza post elecciones, pero la micro todavía no siente nada”, admitió Álvarez.
Soria cerró con un pedido concreto al gobernador Sáenz: “Que Salta adhiera ya al sistema de mediación nacional. Si no, seguiremos siendo rehén de abogados y de un sistema que castiga al que arriesga”. En la provincia, la reforma laboral ya no es un debate: es la única tabla de salvación para miles de puestos de trabajo que penden de un hilo.