El juicio por el femicidio de Jimena Salas continuó este jueves en Salta con el relato de una testigo que sufrió acoso laboral por parte de Javier “Chino” Saavedra, uno de los hermanos acusados. Según su declaración, los hechos ocurrieron en 2019 mientras trabajaban juntos en una ONG de Santa Victoria Este.
La mujer explicó que debía compartir habitación con Saavedra debido a la falta de espacio y que, en una ocasión, él ingresó a su cama alegando pesadillas. Ella le pidió que se retirara y decidió renunciar al trabajo por el impacto emocional que sufrió. Antes de irse, informó a sus superiores, quienes desvincularon al acusado desde Buenos Aires.
Respecto a su desempeño laboral, la testigo aseguró que Saavedra cumplía con sus tareas, aunque reconoció que la convivencia fue breve y no podía opinar sobre su carácter.
En la misma audiencia, declararon otros testigos: el director del área legal de Ucasal, que aportó información académica sobre Javier Saavedra; dos amigos de los acusados que compartían partidos de Gimnasia y Tiro; y un vendedor ambulante del barrio San Nicolás, inicialmente investigado como partícipe, pero finalmente absuelto.
El Tribunal Colegiado, compuesto por los jueces José Luis Riera, Mónica Faber y Maximiliano Troyano, adelantó que los alegatos comenzarán el 5 de noviembre en la Ciudad Judicial.
Los hermanos Adrián Guillermo y Carlos Damián Saavedra están acusados de homicidio calificado por alevosía, ensañamiento y criminis causa, en concurso premeditado y bajo la figura de femicidio. La causa tiene a los fiscales Mónica Poma, Gabriel González y Leandro Flores, a la defensa de Marcelo Arancibia y a la querella de Pedro Javier Arancibia representando a la familia de Jimena.
El testimonio de esta mujer añade un nuevo elemento al proceso y refleja la complejidad del entorno en el que se desenvolvían los acusados, mientras Salta sigue de cerca uno de los casos de femicidio más mediáticos de los últimos años en la provincia.
