MÁS DE POLICIALES



CERRILLOS

Una mujer fue condenada a siete meses de prisión efectiva por amenazas, daños y desobediencia judicial

La acusada protagonizó reiterados episodios de violencia en la vivienda de su expareja, pese a tener medidas cautelares vigentes.

Una mujer fue condenada a siete meses de prisión efectiva por amenazas, daños y desobediencia judicial

La Justicia de Salta condenó a una mujer de 28 años a siete meses de prisión de cumplimiento efectivo por una serie de hechos de violencia ocurridos en la localidad de Cerrillos, donde la acusada protagonizó reiterados episodios de amenazas, daños materiales y desobediencia judicial en el domicilio donde reside su expareja junto a su familia.

La sentencia fue dictada en el marco de una audiencia realizada ante el Juzgado de Garantías N° 1, donde, mediante un acuerdo de juicio abreviado, la mujer fue hallada culpable de los delitos de daños en dos oportunidades, amenazas en dos hechos y desobediencia judicial, todo en concurso real. Además, la jueza interviniente dispuso declararla reincidente por primera vez.

El Ministerio Público Fiscal estuvo representado por el auxiliar fiscal Roque López Hinojo, quien actuó por expresas directivas de la fiscal penal de Cerrillos, Mónica Viazzi. La causa se tramitó luego de una serie de denuncias realizadas por integrantes de la familia de la expareja de la acusada, quienes relataron situaciones de violencia reiteradas y un claro incumplimiento de las medidas dispuestas por la Justicia.

El primer episodio que dio origen a la investigación ocurrió durante la mañana del 9 de julio pasado. Según consta en la denuncia, la madre de la expareja de la mujer se encontraba durmiendo cuando escuchó fuertes golpes en la puerta de su vivienda. Al levantarse, observó a su hijo en el exterior manteniendo una discusión con la acusada. La situación obligó a la intervención de la denunciante, quien logró que su hijo ingresara al domicilio para evitar que el conflicto escalara.

Sin embargo, minutos después, la mujer regresó al lugar y volvió a golpear la puerta de manera insistente, al tiempo que profería insultos y amenazas. Al no lograr ingresar a la vivienda, comenzó a arrojar piedras contra la casa, provocando la rotura de los vidrios de al menos dos ventanas. De acuerdo al testimonio incorporado a la causa, la acusada se encontraba bajo los efectos del alcohol y de sustancias estupefacientes.

La denunciante también indicó que no se trataba de un hecho aislado, sino del cuarto episodio de similares características protagonizado por la misma persona, lo que generaba un clima constante de temor y tensión en el grupo familiar. Ante la gravedad de la situación, se dio inmediata intervención a la Justicia.

Tras esa denuncia, el Juzgado de Garantías N° 8 dispuso una serie de medidas cautelares destinadas a resguardar a las víctimas y evitar nuevos hechos de violencia. La acusada fue debidamente notificada de estas disposiciones, que incluían restricciones de acercamiento y contacto con la familia afectada.

No obstante, y pese a las órdenes judiciales vigentes, meses más tarde se produjo un nuevo episodio. El hecho ocurrió durante la mañana del 2 de diciembre y fue denunciado por la hermana de la expareja de la acusada. Según su relato, la mujer se presentó nuevamente en el domicilio familiar y comenzó a golpear la reja y una ventana con un palo, mientras amenazaba con ingresar por la fuerza.

Ante la negativa de quienes se encontraban dentro de la vivienda, la acusada rompió el vidrio de una de las ventanas y continuó con insultos y amenazas desde el exterior. La situación fue tan violenta que la denunciante decidió dar aviso inmediato al Sistema de Emergencias 911, temiendo por la integridad de su familia.

En su declaración, la expareja de la mujer aportó un dato que agravó aún más el cuadro: sostuvo que la acusada portaba una pequeña sierra, con la cual se habría provocado autolesiones, mientras lo amenazaba verbalmente. Este comportamiento fue valorado por la Justicia como un indicador de riesgo y de escalada en la violencia.

Durante la audiencia, la acusada reconoció los hechos que se le imputaban, lo que permitió avanzar con un acuerdo de juicio abreviado. Tras recibir la confesión, la jueza Ada Zunino resolvió condenarla a siete meses de prisión efectiva, teniendo en cuenta la reiteración de las conductas, el incumplimiento de las medidas judiciales previas y el impacto de los hechos en las víctimas.

Además de la pena privativa de la libertad, la magistrada dispuso declararla reincidente por primera vez, lo que implica un antecedente penal que será tenido en cuenta ante eventuales futuras causas.


¿Te gustó la noticia? Compartíla!