La reciente depuración del padrón electoral en Aguas Blancas generó un fuerte impacto tanto en la provincia de Salta como en la frontera norte. El Juzgado Federal N°1 dispuso la exclusión de 2.150 electores cuyos domicilios no pudieron ser verificados, una medida que redefine el mapa político de esta pequeña pero estratégica localidad limítrofe con Bolivia. La resolución responde a años de sospechas sobre empadronamientos irregulares y a una brecha difícil de justificar entre la cantidad de habitantes y el número de votantes registrados.
Aguas Blancas, que según el censo 2022 cuenta con 3.648 habitantes, tenía más de 5.000 electores habilitados para votar, una diferencia que encendió alarmas entre autoridades judiciales y electorales. Durante los últimos meses, el análisis de domicilios detectó direcciones genéricas, viviendas inexistentes o registros sin número, irregularidades que llevaron a la Justicia a intervenir para ajustar el padrón a la realidad demográfica de la zona.
La medida apunta a reforzar la transparencia electoral en una región marcada por la constante circulación transfronteriza. A diario, cientos de personas cruzan el Puente Internacional que une Aguas Blancas con Bermejo, Bolivia, una dinámica que históricamente dificultó el control de residencias reales. La Justicia entiende que ese flujo permanente habría facilitado que ciudadanos sin domicilio en la localidad buscaran figurar como electores, distorsionando la representatividad de los comicios.
En las elecciones provinciales de mayo de 2025, apenas el 24,64% del padrón habilitado asistió a votar en Aguas Blancas, un dato que reforzó las sospechas sobre un padrón inflado y desconectado de la participación real. Con la depuración confirmada, el Juzgado sostiene que la medida no busca vulnerar derechos políticos, sino garantizar que el voto refleje a quienes realmente viven en la localidad. Quienes acrediten residencia podrán solicitar su reincorporación en instancias posteriores.
Uno de los avances más relevantes es la implementación de una prueba piloto de identificación biométrica en las mesas de votación. Aguas Blancas será una de las primeras zonas fronterizas donde se verificará la identidad de los electores mediante huellas dactilares, una herramienta que apunta a evitar la suplantación y darle mayor solidez al control electoral. Si el sistema funciona correctamente, podría expandirse a otros municipios del norte salteño.
La decisión judicial marca un antes y un después en el tratamiento de los padrones de localidades de frontera, donde la movilidad cotidiana obliga a redoblar mecanismos de control. Para muchos vecinos, la depuración era necesaria para evitar sospechas recurrentes de fraude; para otros, se teme que la falta de documentación clara deje afuera a personas con arraigo local pero con condiciones habitacionales precarias.
De ahora en adelante, el padrón electoral de Aguas Blancas comenzará a ajustarse a su verdadera población. Este recorte masivo de electores no solo redefine el escenario para los próximos comicios, sino que también instala un debate más amplio sobre cómo garantizar procesos electorales transparentes en zonas donde la dinámica fronteriza complejiza el registro de domicilios.
La Justicia apuesta a que esta depuración, junto con las nuevas tecnologías de identificación, marque un punto de inflexión en el control electoral de la provincia de Salta. Para muchos, es el primer paso hacia un sistema más confiable, capaz de reflejar fielmente la voluntad de quienes realmente viven y votan en la frontera norte.
