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El cristinismo aceptó el desafío de ir a una PASO contra Alberto Fernández

Lejos del tono más conciliador que adoptó durante el fin de semana pasado, “Wado” de Pedro confirmó que el cristinismo aceptará el desafío y competirá en una PASO contra el presidente.

El cristinismo aceptó el desafío de ir a una PASO contra Alberto Fernández

Las declaraciones invalidaron las declaraciones de Máximo Kirchner tras la reunión de la Mesa Electoral a la que convocó Alberto Fernández hace un tiempo, en la que había asegurado que no confrontarían contra el presidente en funciones si insistía con su candidatura.

En vano la tribu cristinista intentó a toda costa conseguir que Alberto Fernández se autoexcluyera, pretendiendo imponerle la proscripción que alegan que sufre su jefa. Así las cosas, el ministro del Interior disparó munición gruesa contra el primer mandatario, a quien acusó de impedir la creación de un ámbito de discusión para conciliar las candidaturas de la coalición oficialista.

"El presidente definió una estrategia hace mucho tiempo, donde muchos sectores del Frente de Todos le pidieron discutir parte de la estrategia. No existió el ámbito para discutirla, con lo cual la situación fue producto de la decisión unipersonal del presidente que nos llevó hasta acá con su decisión estratégica”, sentenció.

Mal que les pese, la resistencia de Alberto significa una derrota para las pretensiones de un cristinismo cuyo poder de fuego aparece sensiblemente deteriorado.

"Hoy nos queda ir a una PASO, donde el presidente se va a presentar, es lo que tengo entendido. Sería muy bueno que el presidente se presente, que el resto del Frente de Todos pueda armar una alternativa y que la gente pueda definir en las PASO”, aceptó resignado. Ni a Cristina ni a La Cámpora han sido partidarios de tener en cuenta a las bases. Lo suyo es el dedazo”.

Confirmando esta vocación excluyente, De Pedro insistió en resaltar que la “aceptación” de participar en una PASO no fue el resultado de un consenso sino de una imposición de la Casa Rosada.

Ahora todas las miradas están centradas en las movidas que ambos sectores ensayarán en los próximos días, previos a un momento clave: la reunión del Consejo del Partido Justicialista, pautada para el 15 de abril y que, seguramente, no tendrá nada de pacífica.


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