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CONCEJO DELIBERANTE

Apoyan la jubilación de Pedro Serrudo tras cinco décadas en la Municipalidad

Concejales respaldaron la decisión del Ejecutivo de retirar al histórico dirigente de la Unión de Trabajadores Municipales.

Apoyan la jubilación de Pedro Serrudo tras cinco décadas en la Municipalidad

El Concejo Deliberante de la ciudad de Salta fue escenario de un fuerte respaldo institucional a la decisión del intendente capitalino de jubilar a Pedro Serrudo, histórico referente del sindicalismo municipal. Tras conocerse que el Ejecutivo firmó su retiro luego de más de 50 años en la estructura estatal, ediles salieron a respaldar la medida y remarcaron la necesidad de oxigenar los cargos de representación.

Uno de los que tomó la palabra durante la última sesión fue el concejal Gonzalo Corral, quien defendió con firmeza la resolución y se mostró convencido de que la sociedad salteña ya no tolera figuras que se perpetúan en el poder sin renovación. “No podemos seguir avalando estructuras que se volvieron intocables. Hoy, la gente quiere otra cosa. No quiere a nadie atornillado al asiento por 30 años”, sostuvo el edil.

El caso de Serrudo generó revuelo en distintos sectores del ámbito municipal y gremial. El dirigente, de 77 años, pasó medio siglo vinculado a la Municipalidad de Salta. Sin embargo, en las últimas tres décadas lo hizo desde una posición de licencia gremial, es decir, sin cumplir funciones operativas dentro del municipio, pero manteniendo su vínculo laboral.

El detonante de su salida fue la resolución del intendente de avanzar con la firma de su jubilación, una decisión que fue cuestionada por el propio Serrudo en declaraciones públicas, donde afirmó que se trató de un despido encubierto y que su condición de gremialista debía ser protegida por la justicia.

Sin embargo, desde el Concejo descartaron esa posibilidad y, con documentos en mano, confirmaron que el histórico sindicalista ya no contaba con tutela sindical, por lo cual su salida se ajusta plenamente a la legalidad vigente. “La justicia fue clara: no tiene más protección como dirigente sindical. Ya no puede usar esa figura para eternizarse en el cargo”, apuntó Corral.

La decisión, celebrada por varios sectores políticos, abre una nueva etapa dentro del gremio de los trabajadores municipales, históricamente liderado por Serrudo. El dirigente supo ser una figura influyente dentro del Palacio Municipal, con fuerte capacidad de presión y maniobra sobre distintas gestiones. No obstante, con el paso del tiempo su figura fue quedando cada vez más en la mira por la falta de recambio y por ciertas prácticas que comenzaron a generar rechazo incluso dentro del propio sindicato.

Para muchos, el retiro de Serrudo simboliza un punto de inflexión en la relación entre el Ejecutivo y el gremialismo. Es también una señal política de que se buscará marcar distancia con las estructuras que, durante años, fueron vistas como parte de una “vieja política” que la sociedad, cada vez con más fuerza, busca dejar atrás.

En ese sentido, desde el oficialismo municipal consideran que es momento de abrir las puertas a nuevas formas de vinculación con los trabajadores. “Se trata de cambiar el estilo, de acercar el sindicato a los empleados reales y no a intereses personales que se fueron enquistando en el tiempo”, expresó un funcionario fuera de micrófono.

Serrudo, por su parte, no anunció si continuará ligado al gremio desde otro rol o si se retirará definitivamente de la vida sindical. Lo cierto es que su jubilación, más allá del trámite administrativo, también representa el cierre de una era marcada por una conducción férrea, con pocos espacios para el disenso interno y con una mirada sindical que, según voces del Concejo, ya no responde a las necesidades de los trabajadores actuales.

El debate sobre la duración de los mandatos sindicales y la falta de alternancia no es nuevo en Salta, pero vuelve a cobrar fuerza a partir de este caso. Numerosos gremios mantienen dirigentes que llevan décadas al frente, con escasa o nula renovación de autoridades. El caso de Serrudo se convierte así en un ejemplo paradigmático del cuestionamiento social hacia esos liderazgos prolongados.

Desde la Municipalidad aseguraron que la jubilación fue tramitada respetando todos los pasos legales y que, a pesar de las críticas del dirigente, no se trató de una medida arbitraria ni impulsiva. El expediente administrativo, según indicaron, incluye los informes necesarios para avanzar con el retiro, y se sustenta además en una resolución judicial que confirmó la inexistencia de tutela sindical.

La reacción de los concejales, lejos de buscar una confrontación con el gremio, parece apuntar a un mensaje más amplio: mostrar que el municipio necesita una transformación profunda en sus relaciones laborales, con dirigentes que reflejen los nuevos tiempos y que estén más cerca de los trabajadores que de los escritorios.

En los pasillos del Concejo, no son pocos los que opinan que la figura de Serrudo, más allá de su peso histórico, había quedado desfasada en un contexto donde se exige transparencia, renovación y representación real. “Nadie puede estar medio siglo atado al Estado, ni siquiera con licencia. El trabajador común no tiene ese privilegio”, comentó un edil en tono crítico.

Así, la jubilación de Pedro Serrudo no sólo marca el final de una etapa personal, sino que se inscribe en un clima de época donde las estructuras tradicionales empiezan a ceder frente a demandas de cambio. Concejales, funcionarios y sectores de la ciudadanía parecen coincidir en algo: es momento de mirar hacia adelante.


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