Una pareja de argentinos vivió este martes una situación insólita al intentar cargar combustible en Yacuiba, Bolivia: aseguraron que ningún surtidor les vendió nafta por tener patente extranjera y no contar con un permiso especial para vehículos foráneos.
Los turistas explicaron que se encontraban en la ciudad realizando trámites y disfrutando de su estadía, pero la imposibilidad de conseguir combustible complicó sus planes y generó frustración. “Estamos alojados en un hotel, consumimos como turistas y dejamos dinero en la ciudad, y aun así no nos venden nafta. No vamos a volver nunca más”, relataron.
Según contaron, recorrieron todas las estaciones de servicio disponibles y en cada una recibieron la misma respuesta: sin autorización no pueden cargar combustible. La medida, aplicada oficialmente para controlar la venta de nafta a vehículos extranjeros, genera reclamos frecuentes entre argentinos que viajan por turismo, compras o gestiones personales.
El episodio refleja un desafío recurrente para quienes cruzan la frontera: la necesidad de obtener permisos especiales y planificar viajes con antelación para evitar inconvenientes. Muchos consideran que estas restricciones afectan la experiencia turística y podrían desincentivar futuras visitas a la región.
Si bien la normativa busca regular la venta de combustible, los afectados señalan que su aplicación no contempla la actividad turística y genera un perjuicio económico indirecto, ya que los turistas contribuyen al comercio local. La pareja espera que las autoridades revisen el sistema para evitar que otros viajeros enfrenten el mismo problema.
La experiencia de estos argentinos muestra cómo una medida administrativa puede impactar directamente en el turismo transfronterizo y en la percepción de los visitantes sobre la hospitalidad y la accesibilidad de la ciudad.
