La peor noticia se repite otra vez en el norte del país, la muerte de chicos por hambre. Dos niñas y tres niños de la comunidad Wichí murieron la semana pasada en diferentes hospitales de Salta, en un intervalo de cinco días: cuatro de los pequeños tenían un cuadro de desnutrición.
Los niños fallecieron entre el 12 y el 16 de marzo y tenían entre un mes de vida y dos años. Todos vivían en distintas zonas del municipio de Santa Victoria Este, que se encuentra dentro del departamento Rivadavia, donde vive la mayor cantidad de comunidades wichis. Rivadavia, junto con San Martín y Orán, se encuentran desde 2020 en emergencia sociosanitaria por los graves problemas de salud que enfrenta la niñez ante la falta de alimentos y agua potable.
La titular del Área de Medicina Social del Ministerio de Salud de la provincia, Gabriela Dorigato, le confirmó a LA NACION los cinco fallecimientos y, ante semejante emergencia, aseguró que este jueves se encontraba en Santa Victoria Este junto con el ministro de Salud, Federico Mangione, para chequear las necesidades que no se estaban cubriendo en el hospital zonal, que depende del propio Gobierno provincial. De todos modos, se excusó con que “los recortes de Nación en lo que es fondos para alimentación para la provincia repercuten en la salud de la comunidad”.
Dorigato explicó a este medio que estas familias suelen tener como principales ingresos la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la Tarjeta Alimentar, además de bolsones alimentarios, todos programas que depende de Nación y que “si antes las ayudas alimentarias les servían para 20 días, ahora no las reciben o no les alcanzan para 10 días”. Luego, prometió que la semana que viene se reforzará la entrega de bolsones de comida desde la provincia.
No obstante, organizaciones sociales que trabajan en la zona y fueron consultadas por LA NACION afirman que no solo el faltante de comida es un factor que afecta a las comunidades de la zona.