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SALTA

Colapsó la Guardia del Hospital San Bernardo por alta demanda

El principal hospital público de Salta vivió una jornada caótica con ambulancias acumuladas en la puerta, sin poder descargar a los pacientes por falta de camillas disponibles.

Colapsó la Guardia del Hospital San Bernardo por alta demanda

Las autoridades sanitarias atribuyen esta situación a un aumento en la llegada de afiliados a obras sociales, sumado a casos graves de tránsito y oncológicos.

 

El Hospital San Bernardo, el centro de referencia en salud pública de Salta, enfrentó este martes un escenario de saturación extrema que dejó en evidencia las tensiones del sistema sanitario local. Imágenes que circularon rápidamente por las redes mostraron una fila de ambulancias estacionadas frente a la guardia, esperando para ingresar a los heridos y enfermos. Esta acumulación no es un hecho aislado, sino un reflejo de la creciente presión sobre los recursos hospitalarios en la provincia, donde la demanda supera muchas veces la capacidad instalada.

Desde el mediodía hasta bien entrada la tarde, se contabilizaron al menos una docena de vehículos de emergencia, entre los del SAMEC y otros provenientes del interior salteño, varados por la ausencia total de camas y camillas en el área de urgencias. Esta coyuntura generó demoras críticas en la atención prehospitalaria, afectando no solo a los pacientes involucrados sino también a la respuesta rápida en otras zonas de la ciudad y la provincia. En Salta, donde el tráfico intenso y las rutas complicadas contribuyen a un alto número de siniestros viales, situaciones como esta ponen en jaque la eficiencia del sistema de emergencias.

Las explicaciones oficiales apuntan a un factor clave: la masiva afluencia de pacientes que cuentan con cobertura de obra social o PAMI, pero que optan por el hospital público ya sea por preferencia o por demoras en sus prestadores privados. Este flujo adicional, que se suma a la atención universal que garantiza el San Bernardo, crea un cuello de botella inevitable en horas pico. En un contexto donde la salud pública en Argentina enfrenta desafíos crónicos, Salta no es la excepción, y este episodio resalta la necesidad de una mejor distribución de recursos entre el sector público y privado.

Además, el incremento en casos oncológicos complejos ha agravado la saturación, ya que estos pacientes requieren atención especializada y prolongada que ocupa camillas por más tiempo. El personal médico y de enfermería, trabajando al límite de sus capacidades, tuvo que redoblar esfuerzos para normalizar la situación hacia el final del día. En la capital salteña, donde la población crece y las demandas sanitarias se diversifican, estos picos de congestión se han vuelto más frecuentes, alertando sobre posibles colapsos mayores si no se toman medidas preventivas.

El ministro de Salud de la provincia, Federico Mangione, ya había advertido sobre estos riesgos en declaraciones previas, enfatizando la importancia de una coordinación más fluida con las obras sociales para aliviar la carga sobre el hospital público. Sin embargo, en esta ocasión, la respuesta inmediata del equipo del San Bernardo permitió resolver la crisis temporalmente, aunque deja interrogantes sobre la sostenibilidad a largo plazo del sistema en Salta. La comunidad, preocupada por estas imágenes virales, exige soluciones que garanticen una atención oportuna para todos.

Finalmente, este incidente subraya la urgencia de invertir en infraestructura sanitaria en el norte argentino, donde factores como el envejecimiento poblacional y el aumento de accidentes de tránsito presionan constantemente los servicios. Mientras tanto, el Hospital San Bernardo sigue siendo el pilar de la salud pública en Salta, pero episodios como este invitan a reflexionar sobre cómo equilibrar la demanda para evitar que la saturación se convierta en norma.

 


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