La Municipalidad de Banda Norte se convirtió este martes en el epicentro de una protesta protagonizada por comunidades originarias, que ingresaron al edificio municipal para reclamar el pago de tareas que aseguran haber realizado y que aún no fueron abonadas. La toma, que continúa en curso, refleja el malestar acumulado ante la falta de respuestas oficiales y la incertidumbre generada por el cambio en la conducción del municipio.
Según detallaron los propios manifestantes, la deuda corresponde a trabajos realizados bajo contratación directa con la Municipalidad, cuyos pagos se arrastran desde hace semanas sin que existan fechas concretas de cobro. La situación se tensó aún más luego del retiro de la intervención de Marcelo Córdova y la inminente llegada de Ariel Arias como nuevo responsable del municipio, lo que generó dudas sobre la continuidad de los compromisos asumidos por la gestión anterior.
El clima dentro del edificio es de máxima tensión: los manifestantes, que permanecen en la Municipalidad, exigen una respuesta inmediata que contemple un cronograma de pago, garantías laborales y la apertura de un canal formal de diálogo. “Trabajamos bajo el sol, cumplimos con todo y todavía nos niegan lo que nos corresponde. No nos vamos a mover hasta que nos paguen”, expresó un vocero de las comunidades, reflejando la firme postura de quienes protagonizan la medida.
La protesta tiene un trasfondo social y económico que trasciende lo laboral: las comunidades involucradas señalan que el retraso en los pagos afecta directamente la subsistencia de muchas familias de Banda Norte y alrededores. Además, advierten que, de no mediar una solución pronta, la medida podría prolongarse y generar complicaciones en la atención y funcionamiento del municipio, afectando a vecinos que dependen de los servicios locales.
Si bien hasta el cierre de esta edición no se registraron intervenciones policiales, la situación mantiene en alerta a las autoridades provinciales, que podrían verse obligadas a mediar para evitar un conflicto de mayor magnitud. La toma coincide con un contexto de ajustes y reestructuraciones dentro de la administración municipal, lo que añade presión sobre la nueva gestión para garantizar que las obligaciones asumidas por la anterior sean respetadas.
La medida de fuerza también abre un debate sobre la formalización laboral y los derechos de las comunidades originarias en la provincia de Salta, donde históricamente las demandas de pago y reconocimiento de trabajos realizados por estas comunidades han generado conflictos intermitentes con organismos estatales. Organizaciones sociales y referentes locales observan de cerca la situación, planteando la necesidad de establecer mecanismos claros de contratación y cobro que eviten futuras confrontaciones.
Por ahora, los manifestantes continúan dentro de la Municipalidad de Banda Norte, con la esperanza de que las autoridades municipales o provinciales presenten soluciones concretas en las próximas horas. Mientras tanto, los vecinos y comerciantes de la zona observan con preocupación cómo se desarrolla la protesta, conscientes de que cualquier demora podría repercutir en la vida cotidiana del barrio.
La toma de la Municipalidad refleja una realidad que trasciende el municipio: en varias localidades de Salta, las comunidades originarias siguen luchando por el reconocimiento de su trabajo y el cumplimiento de acuerdos laborales, una situación que vuelve a poner en primer plano la importancia de garantizar derechos y transparencia en la gestión pública.
