En un video crudo y revelador, el productor rural Aureliano Reyes puso en evidencia una alarmante situación ambiental en el pozo de Lomas de Olmedo, Salta, apuntando directamente a la empresa President Petroleum S.A como responsable de la contaminación que está afectando a su ganado.
Con una prueba tan impactante como inquietante, Reyes mostró cómo el vómito de una de sus vacas muertas, impregnado de una sustancia desconocida, se incendia al contacto con una llama, comparándola con gasolina. “Esto es lo que están tomando nuestras vacas. Lo saqué del vómito de un animal muerto. Se prende fuego. Lo probé varias veces y lo filmé. ¿Cómo no va a estar contaminado todo?”, denuncia con indignación.
El video, grabado con la urgencia de quien ve peligrar su sustento, no solo expone la dramática mortandad de animales en la zona, sino que refuerza las alertas que comunidades rurales y ambientalistas vienen levantando hace tiempo: derrames sospechosos, contaminación de napas subterráneas y bebederos, y una aparente falta de respuesta por parte de las autoridades. La escena, en la que un palo empapado con el material vomitado por una vaca se enciende al contacto con el fuego, es una prueba visceral de los riesgos ambientales que acechan a la región.
Reyes, visiblemente afectado, advierte: “Vamos a quedarnos sin una sola vaca. Nadie quiere ver la prueba, pero acá está”. Su denuncia no solo pone en jaque las operaciones de President Petroleum, sino que plantea interrogantes urgentes sobre la regulación ambiental y la protección de los ecosistemas en zonas de explotación petrolera. Mientras las comunidades rurales enfrentan pérdidas irreparables, la falta de acción concreta por parte de las autoridades y la empresa señalada intensifica la preocupación por el impacto ambiental y sanitario en Lomas de Olmedo.
Este caso pone de manifiesto la necesidad de una investigación inmediata y transparente, así como de medidas efectivas para mitigar la contaminación y proteger tanto la salud de los ecosistemas como el sustento de los productores locales. La voz de Reyes, respaldada por pruebas irrefutables, es un llamado de alerta que no puede ser ignorado.