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Luto en Salta

El folclore salteño llora la partida de un gigante: adiós Federico Córdoba, voz inconfundible y alma de Las Voces de Orán

Su voz marcó a generaciones y llevó el nombre de Salta y Orán a los principales escenarios del país.

El folclore salteño llora la partida de un gigante: adiós Federico Córdoba, voz inconfundible y alma de Las Voces de Orán

El folclore salteño llora la partida de un gigante. Federico Córdoba, voz inconfundible y alma de Las Voces de Orán, nos dejó este viernes, sumiendo en un profundo dolor al mundo de la música popular argentina.

 

Su fallecimiento, confirmado por familiares y colegas a través de conmovedores mensajes en redes sociales, deja un vacío irreparable, pero también un legado eterno que resuena en el corazón de Salta y del norte argentino.

Federico fue mucho más que un integrante del icónico conjunto fundado en 1969; fue un pilar fundamental de Las Voces de Orán, grupo que llevó el cancionero salteño a lo más alto con su estilo único y su pasión desbordante. Con su voz cálida, potente y cargada de sentimiento, Córdoba dio vida a clásicos inmortales como Cuando me acuerdo de Salta, La Nochera o Juana Azurduy, piezas que se convirtieron en himnos del folclore y que aún hoy estremecen a quienes las escuchan. Cada interpretación suya era un canto a la tierra, a la identidad y a las raíces profundas de Orán y Salta.

Las Voces de Orán, con Federico como estandarte, conquistaron los escenarios más prestigiosos del país, desde el Festival Nacional de Folclore de Cosquín hasta la Serenata a Cafayate, pasando por Jesús María y la Chaya riojana. Su presencia en estas fiestas populares no solo enalteció la música norteña, sino que consolidó a Salta como cuna de un folclore vibrante, auténtico y universal. Cada zamba, cada carnavalito, cada chacarera interpretada por Córdoba llevaba consigo el orgullo de un pueblo y la fuerza de una tradición que él defendió con humildad y compromiso.

Más allá de su talento, Federico Córdoba fue un embajador cultural, un hombre sencillo cuya calidez humana y amor por su tierra dejaron una marca imborrable en quienes lo conocieron. Sus colegas lo despiden como a un hermano, destacando su generosidad y su entrega incondicional a la música. “Gracias por tu voz, por tu alegría, por llevar a Salta en el alma”, escribió un amigo músico en un mensaje que refleja el sentir de miles.

El folclore salteño pierde una de sus voces más queridas, pero el eco de Federico Córdoba seguirá vivo en cada escenario, en cada festival, en cada rincón donde la música popular celebre la vida y la memoria del norte. Su legado es un faro para las nuevas generaciones, un recordatorio de que el folclore no solo se canta, sino que se vive con el corazón. Gracias, Federico, por hacer de Salta un canto eterno.

 


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