Los gatos naranjas se volvieron un fenómeno viral: desde memes hasta videos que los muestran como torpes, glotones y cariñosos. Pero, ¿hay algo de verdad detrás de esa fama?
Diversos estudios científicos comenzaron a analizar el vínculo entre el color del pelaje y la personalidad felina, con resultados tan llamativos como debatibles.
Aunque el color naranja no corresponde a una raza específica, las investigaciones sugieren que este rasgo podría estar asociado a comportamientos particulares.
Qué dice la genética sobre su color
Según los investigadores, el gen responsable del tono anaranjado es el ARHGAP36, y su expresión genética tiene una curiosidad biológica: la mayoría de los gatos naranjas son machos.
Sin embargo, aún no existe evidencia contundente que confirme que este gen influya directamente en la conducta.
Aun así, los estudios publicados en revistas especializadas como Anthrozoös y el Journal of Veterinary Behavior hallaron una tendencia en la percepción humana: las personas suelen describir a los gatos naranjas como más amistosos y sociables que a los de otros colores.
Personalidad, raza y percepción
El científico Carlo Siracusa, de la Universidad de Pensilvania, explicó que las diferencias conductuales suelen estar más relacionadas con la raza o el entorno que con el color.
No obstante, algunos patrones de pelaje parecen influir en comportamientos específicos:
- Los gatos con manchas blancas tienden a vocalizar menos.
- Los carey suelen mostrarse más tranquilos frente a los perros.
Pero en el caso de los naranjas, las conclusiones no son tan simples.
La dualidad del gato naranja
Pese a su fama de simpáticos, Siracusa advirtió algo que podría sorprender a los amantes de estos felinos:
“Eran más propensos a mostrar agresividad por miedo hacia personas desconocidas”, explicó el investigador, quien también observó que los gatos naranjas mostraban un mayor interés por la caza que otras variedades.
Esta combinación —curiosos, impulsivos y algo temerosos— podría ser la clave detrás de su comportamiento tan singular.
Más allá del color: una cuestión de carácter
Si bien la ciencia aún no logra determinar con certeza cómo influye el gen ARHGAP36 en la conducta, sí está claro que los gatos naranjas despiertan una percepción especial: son vistos como expresivos, afectuosos y algo caóticos.
Quizás su encanto radique justamente en esa mezcla de ternura y descontrol, un equilibrio que los hace irresistibles para millones de personas en todo el mundo.