La Puna salteña volvió a regalar una imagen tan fría como maravillosa. San Antonio de los Cobres amaneció este sábado con una temperatura de -7 grados, la más baja del día en todo el territorio provincial, y un manto blanco de nieve que cubrió techos, calles y cerros.
El aire helado se siente en cada rincón del pueblo, donde los vecinos salieron abrigados hasta los ojos y con termos en mano, mientras los más chicos aprovecharon la ocasión para jugar con la nieve en las veredas. A pesar del frío extremo, el ánimo no decayó: para muchos, el paisaje es una postal que recuerda la belleza de vivir en lo alto de la cordillera.
La nieve comenzó a caer durante la madrugada y no tardó en transformar el árido entorno puneño en un escenario casi mágico. Los turistas que se encuentran de paso no dejaron pasar la oportunidad de retratar el fenómeno, poco frecuente en otras zonas de la provincia.
El pronóstico para hoy anticipa una máxima de apenas -1°, por lo que el clima seguirá siendo hostil pero también cautivante para quienes aprecian los caprichos del otoño-invierno en altura.
Así, entre bufandas, camperones, guantes y silencio blanco, el invierno empieza a anunciarse en uno de los rincones más altos y bellos del norte argentino.