Fabiola Yañez volvió al centro de la escena pública con una declaración que no pasó desapercibida: aseguró que sabía de la relación extramatrimonial entre Alberto Fernández y Tamara Pettinato, cuando todavía era pareja del expresidente. La revelación se dio en un programa de televisión, donde la exprimera dama respondió sin rodeos ante una pregunta directa sobre el polémico video en el que se ve a Pettinato sentada en el sillón presidencial.
“Yo ya sabía lo que pasaba entre él y Pettinato”, lanzó Yañez con serenidad, sin entrar en detalles, pero con firmeza. La frase recorrió rápidamente los medios y redes sociales, no solo por el contenido, sino por el contexto en el que se produce: mientras la Justicia evalúa reiniciar desde cero la causa por presunta violencia de género contra el exmandatario, luego del cambio de juez.
En Salta y el resto del país, la noticia reavivó la indignación que había generado la aparición de los videos en los que se lo ve a Fernández en tono coqueto con la conductora, dentro del espacio institucional más simbólico del país. La escena, percibida por muchos como una falta de respeto al rol presidencial y al uso de recursos del Estado, generó una fuerte reacción social en su momento, y ahora suma una nueva capa de tensión.
Consultada sobre cómo vivió ese episodio y qué impresión le dejó la reacción de la gente, Fabiola fue clara: “Creo que fue algo que a la sociedad le resultó chocante”, sentenció. Sus palabras parecen coincidir con el sentir de muchos argentinos, y especialmente de los salteños, que desde hace tiempo reclaman mayor seriedad y compromiso de la clase política frente a las urgencias del país.
Durante el mandato de Fernández, los rumores sobre visitas de personalidades del espectáculo a Olivos fueron recurrentes, aunque pocas veces salieron a la luz con pruebas tan evidentes. La aparición de Pettinato en el sillón presidencial marcó un antes y un después en ese aspecto, y ahora, la confirmación de Yañez echa más leña al fuego.
Ni Fernández ni Pettinato se pronunciaron hasta ahora sobre los dichos de la exprimera dama. Sin embargo, en el plano judicial, los abogados del expresidente ya presentaron un pedido para que la causa por violencia de género vuelva a foja cero, alegando irregularidades tras el cambio de juez. La decisión final aún está pendiente, pero el clima que rodea al expresidente es cada vez más adverso.
Para Yañez, que también fue cuestionada en su momento por la recordada fiesta en Olivos durante la cuarentena, esta declaración marca un cambio de actitud. Ya no se muestra como una figura decorativa ni en silencio. Habla con mesura, pero sin ocultar lo que piensa. Busca despegarse del escándalo, pero también parece dispuesta a poner ciertos límites.
La política argentina está acostumbrada a convivir con escándalos, pero el hartazgo social es creciente. La repercusión que tuvo esta nueva revelación lo demuestra. No es solo una historia de infidelidad: es también un reflejo de cómo se usa el poder y del desgaste de la confianza ciudadana hacia quienes lo ejercen.
Con el avance de la causa judicial y una sociedad cada vez más atenta a los comportamientos de sus dirigentes, es probable que este capítulo aún no haya llegado a su fin.