El aguinaldo es, para muchos, un respiro financiero que llega justo cuando los gastos del año parecen acumularse: fiestas, vacaciones, deudas y obligaciones anuales. Sin embargo, este ingreso extra suele desaparecer con una velocidad sorprendente. La clave, más que en el monto recibido, está en la estrategia para administrarlo. ¿Cómo se calcula el aguinaldo?
La falta de planificación y la euforia que produce la “sensación de bolsillo lleno” suelen llevar a decisiones impulsivas. Según relevamientos recientes, más del 70% de las personas utiliza el aguinaldo para consumo inmediato, un hábito que rara vez contribuye a mejorar la salud financiera a largo plazo. Para evitar que el dinero se esfume, estas son las cinco reglas de oro para aprovechar el aguinaldo de manera inteligente.
1. Esperar antes de empezar a gastar
La tentación de usar el dinero apenas llega a la cuenta es enorme. Pero un simple freno puede ser decisivo.
Postergar el uso del aguinaldo por 48 a 72 horas ayuda a bajar la ansiedad y tomar decisiones más racionales.
Durante ese período, una buena práctica es depositarlo en una cuenta remunerada o billetera virtual, donde genere rendimiento diario. Es un pequeño truco psicológico y financiero que evita gastos impulsivos.
2. Tener un listado de prioridades
Antes de comprar, es fundamental ordenar el destino del dinero. Las prioridades deben seguir un orden claro y estratégico:
- Deudas caras: La primera asignación debe ir a cancelar o reducir deudas con altas tasas de interés. Cualquier peso que bajes hoy es interés que dejás de pagar mañana.
- Fondo de emergencia: Si no tenés un colchón para imprevistos, o si quedó debilitado durante el año, el aguinaldo es el mejor momento para fortalecerlo.
- Obligaciones anuales: Matrículas escolares, patentes, seguros y otros pagos fuertes de principio de año pueden resolverse por adelantado. Muchas veces, hacerlo anticipadamente genera descuentos.
3. Separar una parte para metas de mediano plazo
Una vez cubiertas las prioridades básicas, destinar una fracción del aguinaldo a proyectos personales —como arreglos del hogar, estudios o viajes— ayuda a avanzar en objetivos que suelen postergarse. Guardarlo en instrumentos que permitan planificar (como un plazo fijo corto o una cuenta específica) puede ayudarte a no mezclarlo con gastos diarios.
4. Evitar compras impulsivas y “ofertas trampa”
Diciembre está lleno de promociones, pero muchas esconden aumentos previos de precios o cuotas con interés. Antes de comprar:
- Compará precios en distintas tiendas.
- Revisá si realmente necesitás el producto.
- Analizá si podés pagarlo sin comprometer tus finanzas del verano.
- Una regla práctica: si no lo hubieras comprado sin aguinaldo, probablemente no lo necesitás.
5. Destinar una pequeña parte al disfrute
La salud financiera también contempla el bienestar emocional. Por eso, luego de cubrir prioridades y objetivos, está bien asignar una porción del aguinaldo al placer personal o familiar: una salida, un regalo, una comida especial.
La clave es que este monto sea definido de antemano para evitar excederse.