Con un clima de recogimiento y emoción, las imágenes peregrinas del Señor y la Virgen del Milagro recorrieron este miércoles distintos barrios de la ciudad de Salta. La jornada fue parte de las actividades previas a la tradicional procesión del 15 de septiembre y reunió a cientos de fieles que esperaron su paso con oraciones, cantos y gestos de profunda devoción.
La salida se realizó pasadas las 9 desde la Parroquia Jubilar Nuestra Señora de Itatí, en Villa Lavalle, y desde allí comenzó un recorrido que incluyó comunidades como San Remo, Tres Cerritos, Campo Caseros, Ciudad del Milagro, La Ciénaga y varias más. También participaron delegaciones de municipios cercanos como La Silleta y Chicoana.
En cada parada, se vivieron momentos cargados de emoción. Los vecinos salieron a las veredas para recibir la bendición, y las parroquias se prepararon especialmente para este encuentro con lo sagrado. Niños y adolescentes de catequesis fueron protagonistas, acompañados por catequistas, padres y abuelos.
La visita a los hospitales San Bernardo y Oñativia fue especialmente conmovedora. Profesionales de la salud y pacientes se unieron en oración, y por unos minutos, el ritmo cotidiano dio paso al silencio y la fe.
"Es una alegría que nos visiten. Nos sentimos acompañados por Dios", expresó una vecina, reflejando el sentir de muchos. La emoción fue aún mayor para quienes participaban por primera vez, como Francisco, de 10 años, que llegó junto a su grupo de catequesis: “Me encantó estar con mis compañeros y ver las imágenes tan cerca”.
En algunos barrios, los vecinos adornaron calles y frentes de casas con flores, banderas y pañuelos blancos. El paso de las imágenes fue seguido también en redes sociales, donde salteños compartieron fotos y mensajes de agradecimiento.
La actividad fue organizada de forma ordenada, con la ayuda de voluntarios y agentes pastorales, que guiaron a los grupos en todo el trayecto. Según destacaron desde la organización, la convocatoria superó la del día anterior, cuando más de 2.500 chicos participaron del Milagro de la Infancia.
El pueblo salteño se encamina, una vez más, hacia su celebración más sentida, donde la fe, la historia y la identidad se unen en un solo corazón.