Miles de salteños se congregaron este domingo en la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, una celebración central del triduo del Milagro que moviliza la fe en el noroeste argentino. La misa estacional, cargada de espiritualidad, puso el foco en la figura de Cristo resucitado como símbolo de esperanza y guía para enfrentar los desafíos de la vida cotidiana.
El sacerdote, en una homilía que resonó entre los presentes, destacó que cada Eucaristía renueva el misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. “Cristo nos redimió con su cruz y nos convirtió en hijos de Dios desde el bautismo”, afirmó, instando a los fieles a aferrarse a la esperanza como un faro en tiempos de dificultad. Este mensaje, pronunciado con convicción, buscó fortalecer el espíritu de la comunidad salteña en un contexto de adversidades sociales y económicas.
La cruz, símbolo universal del cristianismo, fue presentada como un recordatorio de la ternura y el amor de Jesús. “Al contemplarlo en la cruz, sentimos su cercanía y su llamado a amar a nuestros hermanos”, expresó el celebrante, invitando a los presentes a llevar esa compasión a sus hogares, barrios y comunidades. La homilía subrayó que la fe debe traducirse en acciones concretas de solidaridad, un mensaje especialmente relevante en el Año Jubilar que vive la Iglesia local.
El sacerdote también hizo un llamado a los creyentes a contribuir al bienestar de Argentina desde la fe. “Nuestra patria necesita de nuestra esperanza activa, de nuestro compromiso para aliviar el sufrimiento de tantos hermanos”, señaló. Este mensaje resonó con fuerza en un país que enfrenta desafíos económicos y sociales, destacando la importancia de la unidad y la empatía en la construcción de una sociedad más justa.
La figura de María, madre de Jesús, ocupó un lugar central en la reflexión. Presentada como “mujer de esperanza”, fue descrita como un modelo de fortaleza y acompañamiento para los peregrinos del NOA. “María nos arropa con su ternura y nos guía para ser testigos vivos de la fe”, afirmó el sacerdote, animando a los fieles a seguir su ejemplo en el camino hacia una vida plena.
La celebración concluyó con un mensaje claro: ser “peregrinos de esperanza” implica vivir la fe con compromiso, amando y sirviendo a los demás. En un Salta profundamente arraigado en sus tradiciones religiosas, la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz reavivó el llamado a transformar la realidad con gestos de amor y misericordia, fortaleciendo el espíritu comunitario del Milagro.