En la Unidad 51 de Magdalena, a unos 40 kilómetros de La Plata, conviven dos mujeres que acaparan la atención dentro del penal: Morena Rial, detenida por causas judiciales que aún se investigan, y Florencia Gutiérrez, acusada de estar involucrada en el triple crimen de Florencio Varela, uno de los casos más impactantes del año en el conurbano bonaerense.
Gutiérrez fue detenida por su presunta complicidad en el asesinato de Brenda del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez. La joven es sobrina de Víctor Sotacuro, principal acusado del caso. Según su testimonio, acompañó a su tío hasta la zona donde se produjeron los homicidios, pero asegura que no bajó del auto y que esperaba a un supuesto acompañante que nunca llegó. Su relato, lleno de inconsistencias, derivó en una orden de detención preventiva.
En ese mismo penal se encuentra Morena Rial, hija del periodista Jorge Rial, quien fue trasladada allí tras incumplir condiciones de su prisión domiciliaria. La influencer enfrenta causas por supuestos delitos económicos y desobediencia judicial. Desde la cárcel mantiene una actividad online promocionando servicios como tarot, rituales espirituales y casinos virtuales.
Ambas mujeres comparten espacio en la unidad penitenciaria sin aparentes tensiones. Personas cercanas a la joven mediática aseguraron que "no está con miedo" y que su convivencia con Gutiérrez transcurre con normalidad. En un entorno donde muchas internas tienen causas de alto impacto, la presencia de una figura mediática y una acusada por un crimen múltiple ya no sorprende.
La Unidad 51 alberga a mujeres detenidas por delitos graves y, aunque no es común que convivan personas tan expuestas públicamente, la rutina carcelaria nivela todas las historias. Mientras la Justicia avanza en ambas investigaciones, Gutiérrez y Rial comparten días entre rejas, lejos de las cámaras y con el futuro judicial aún por resolverse.