Es importante entender que aunque probablemente una siesta sobre el mediodía te reponga la energía suficiente para emprender lo que queda de la jornada, explica Rebecca Spencer, investigadora de la ciencia del sueño de la Universidad de Massachusetts en Amherst (Estados Unidos), no necesariamente va a anular los riesgos para la salud que puede acarrear no dormir lo suficiente a la noche.
Se recomienda dormir entre 7 y 9 horas por noche.Foto Joyce Lee para The New York Times.
Los beneficios para la salud de dormir bien
Según datos de una encuesta realizada en 2020 por los Centros para Control y Prevención de Enfermedades, más de un tercio de las personas adultas de Estados Unidos no duerme las siete horas o más recomendadas para cada noche.
Y esa falta de sueño, según los expertos, se asocia a una serie de mayores riesgos para la salud, como obesidad, hipertensión, diabetes, enfermedades coronarias, accidentes cerebrovasculares y trastornos psíquicos.
Según la doctora Spencer, no sólo la duración del sueño es importante para la salud, sino también la calidad de ese sueño, que está determinada por el tiempo que pasamos en sus distintas etapas.
Cuando dormimos todo lo que corresponde a la noche, atravesamos varios «ciclos de sueño» de unos 90 minutos. Cada uno de ellos consta de cuatro fases: las dos primeras se consideran sueño liviano, en el cual los músculos se relajan, la temperatura corporal cae y el ritmo cardiaco y la respiración se ralentizan a medida que te vas durmiendo.
La tercera etapa, conocida como sueño profundo, es cuando los ojos y los músculos se relajan por completo y el cuerpo realiza el importante trabajo de reparar y construir tejidos óseos, musculares y de otro tipo, además de reforzar el sistema inmunitario y consolidar y procesar los recuerdos.
La fase de movimientos oculares rápidos (más conocida por sus siglas en inglés, REM) constituye la última fase del ciclo del sueño. No es tan profunda como la tercera, pero es cuando hay más probabilidades de soñar y se cree que está relacionada con el aprendizaje, la conservación de recuerdos y la regulación del estado de ánimo.
De acuerdo con Molly Atwood, psicóloga clínica e investigadora de medicina conductual del sueño de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, es normal dormir mal de vez en cuando. Pero si no pasamos sistemáticamente por todas estas etapas cada noche, dice, eso puede conducir a una serie de trastornos de salud.
Y las siestas no pueden compensarlo, afirma Spencer.