El interventor de Aguas Blancas, Adrián Zigarán, defendió con firmeza los resultados del Plan Güemes, que refuerza el control en la frontera norte de Salta y ya logró reducir en un 90% los delitos vinculados al narcotráfico y el contrabando en la zona del río Bermejo.
Uno de los puntos clave fue el cierre de la Finca Carina, paso históricamente utilizado para el bagayeo masivo. “Antes era un descontrol total. Hoy ya no cruzan gomones con droga escondida. El contrabando bajó un 80% y el comercio local se reactivó”, afirmó el funcionario.
Zigarán también destacó que los controles no generaron conflictos sociales: “La comunidad entendió el cambio. No hubo cortes ni protestas. El microclima comercial mejoró, y ahora los trabajadores de frontera tienen más actividad legal”.
En lo político, valoró la decisión de la Legislatura salteña de prorrogar la intervención en el municipio hasta 2027. Según explicó, el objetivo es depurar los padrones y garantizar que voten solo los residentes reales de Aguas Blancas. “No puede ser que el narcotráfico vuelva a poner un intendente. Vamos a trabajar casa por casa con la Justicia Electoral y Migraciones para que en 2027 voten vecinos, no ciudadanos bolivianos empadronados irregularmente”, sostuvo.
También recordó que la primera denuncia sobre estas irregularidades fue presentada por la directora nacional de Vigilancia y Control de Fronteras, y que su gestión avanzó en tareas concretas como la identificación de calles y domicilios para frenar el uso político de padrones adulterados.
En cuanto al impacto económico en la región, reconoció que los cambios afectaron al comercio mayorista boliviano. “En Bermejo bajaron las ventas un 80%. Pero nosotros no podemos hacernos cargo de sus precios. Incluso los propios bolivianos se quejan de que Tarija está más barato. Eso demuestra que había una distorsión grave”.
Por otro lado, celebró el anuncio del ministro de Salud de la provincia, Federico Mangione, sobre la transformación del centro de salud local en un hospital de nivel 2. Según indicó, esta mejora es clave por el crecimiento poblacional y la alta circulación en la frontera.
Sobre el debate nacional en torno al narcotráfico, Zigarán fue categórico: “No hay narcos buenos y narcos malos, hay narcos. La Justicia debe actuar sin excepciones”.
La intervención en Aguas Blancas apunta no solo a desarticular redes delictivas, sino también a sanear la estructura política y devolverle legitimidad institucional al municipio. En ese sentido, Zigarán subrayó que el objetivo es claro: “ordenar, controlar y garantizar que las elecciones de 2027 reflejen la voluntad de los verdaderos vecinos”.