El hecho ocurrió en las primeras horas de la madrugada de ayer, en plena ruta nacional 50, a la altura del kilómetro 20, donde la Policía Vial de Salta realizaba controles de rutina para prevenir accidentes. Los agentes notaron algo raro cuando un Renault Kangoo se detuvo a unos 200 metros del puesto, como si quisiera evitar el chequeo. Al acercarse, descubrieron que al volante iba una joven jujeña, acompañada por un tipo que parecía su pareja.
Lo que empezó como un control estándar se complicó rápido. Los policías le hicieron el test de alcoholemia a la mujer y el resultado arrojó 0,62 gramos por litro de sangre, superando el tope legal. En lugar de aceptar la infracción, la conductora y su compañero intentaron ofrecer plata a los uniformados para que miraran para otro lado. "Una coima descarada", dirían después algunos testigos del revuelo que se armó.
Pero la cosa no quedó ahí. Ante la negativa de los efectivos, la pareja empezó a resistirse, obstruyendo el procedimiento y negándose a entregar los papeles. La mujer sacó el celular y comenzó a filmar a los policías, gritando frases como "Te voy a escrachar en todos lados, no me podés retener el auto". Los insultos subieron de tono, y el escándalo se volvió tan grande que hasta los vecinos de la zona se asomaron a ver qué pasaba en esa hora de la noche.
Alrededor de las 4:30, los agentes decidieron actuar con firmeza. Demoraron a ambos por cohecho, resistencia a la autoridad y, obviamente, por la conducción en estado de ebriedad. Además, secuestraron el Kangoo y retuvieron la licencia de la conductora. Era un viaje que había empezado en Monterrico, Jujuy, con destino a Aguas Blancas, pero que terminó en una comisaría salteña.
Este tipo de incidentes pone en evidencia los riesgos de manejar alcoholizado en las rutas del norte argentino, donde los controles viales se han intensificado para bajar los índices de accidentes. En Salta, la Policía Vial ha reforzado operativos en zonas como la ruta 50, clave para el tránsito entre provincias, y episodios como este sirven de alerta para los conductores que piensan que con una coima se salvan de todo.
La joven, de 25 años, y su pareja de 27 no solo enfrentan cargos por el intento de soborno, sino también por las contravenciones al código de tránsito. En la región de Orán, donde el movimiento de vehículos es constante por el comercio fronterizo, estos hechos generan indignación entre los locales, que exigen más mano dura contra los irresponsables al volante.