La modelo e influencer, reconocida por su presencia en televisión y redes sociales, acudió recientemente a un spa junto a su madre. Según trascendió, el establecimiento le ofreció a ella un tratamiento gratuito a cambio de un posteo en Instagram, pero exigió que su madre abonara el servicio completo, valuado en 55 mil pesos. Este detalle desató el conflicto: Sofía consideró injusto que se hiciera una distinción entre ambas y reclamó públicamente que el local estaba utilizando su imagen sin autorización desde hacía un año.
El episodio comenzó cuando Alejandra Fontao, dueña del spa, difundió un video del altercado. En esas imágenes se observa a Jiménez discutiendo con las empleadas y defendiendo su postura con vehemencia. La modelo recordó que en 2024 había cumplido con un acuerdo de canje: recibió un tratamiento y lo promocionó en sus redes sociales, tal como se había pactado. Sin embargo, denunció que el spa continuó usando su imagen en publicaciones posteriores sin su consentimiento, lo que para ella constituye un abuso de confianza.
La frase que más resonó en los medios fue la que Sofía lanzó en medio de la discusión: “Una historia mía sale carísima”. Con esas palabras, la influencer quiso remarcar el valor económico de su presencia digital y la importancia de respetar los acuerdos comerciales. En el mundo del marketing de influencers, cada publicación tiene un costo asociado, y Jiménez dejó claro que no está dispuesta a regalar su trabajo ni permitir que se aprovechen de su imagen.