El rock global perdió a una de sus figuras más emblemáticas. Ace Frehley, guitarrista original de KISS y creador de clásicos inolvidables como Cold Gin y New York Groove, falleció este jueves 16 de octubre a los 74 años en Morristown, Nueva Jersey. Aunque no se confirmó oficialmente la causa, trascendió que semanas atrás había sufrido una hemorragia cerebral, lo que agravó su estado de salud.
Reconocido como el “Spaceman” por su icónico personaje dentro de la banda, Frehley fue parte fundamental del sonido y la estética que convirtieron a KISS en un fenómeno mundial. Su estilo único, cargado de distorsión, teatralidad y actitud, inspiró a músicos de todo el planeta, incluida la escena rockera salteña que siempre lo tuvo como referente.
Nacido en el Bronx en 1951, Frehley descubrió su pasión por la música durante la adolescencia, y su vida cambió al unirse a KISS en los años ‘70. A pesar de un comienzo modesto —se presentó a una audición sin ni siquiera tener para el taxi—, su talento deslumbró a sus futuros compañeros, Gene Simmons, Paul Stanley y Peter Criss. Así empezó una de las historias más potentes del hard rock estadounidense.
Durante una década fue parte clave de la formación original, hasta que las tensiones internas y su lucha contra las adicciones lo llevaron a abandonar la banda en 1982. Luego formó Frehley’s Comet y continuó su camino como solista, manteniéndose activo en la escena musical. En 1996, volvió a juntarse con KISS para una gira mundial, y más tarde se retiró definitivamente del grupo en 2002.
Hasta hace pocas semanas seguía ofreciendo shows con su banda, con un repertorio lleno de clásicos que mantenía viva la llama del rock de los '70. Su última presentación fue en Providence, Rhode Island, donde cerró el recital con el himno “Rock and Roll All Nite”.
La noticia de su muerte generó una ola de mensajes de despedida y homenajes en redes sociales. En Salta, donde el rock tiene una comunidad sólida y apasionada, muchos fanáticos recordaron sus solos, su impronta escénica y la influencia que dejó en guitarristas locales. No fueron pocos los bares y locales de música que lo homenajearon con playlists especiales, vinilos y palabras de admiración.
Frehley no solo fue un guitarrista virtuoso. Fue una figura clave de una era en la que el rock era espectáculo, energía y rebeldía. Con su guitarra lanzando chispas y su traje plateado, marcó una época dorada que aún resuena.
Rodeado de su familia en sus últimos momentos, dejó este mundo con la misma intensidad con la que vivió: con pasión, ruido y legado. Y en ciudades como Salta, donde su música sigue siendo parte de la banda sonora de muchas generaciones, su partida se siente más cercana.
El Spaceman ya no está, pero su música seguirá girando en cada parlante donde el rock siga vivo.