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ASÍ EMPEZABA TODO!

A 30 años de un día histórico en la historia del fútbol: los entretelones del fichaje de Lionel Messi en Newell’s

El documento fue publicado hace un tiempo por la Asociación Rosarina de Fútbol.

A 30 años de un día histórico en la historia del fútbol: los entretelones del fichaje de Lionel Messi en Newell’s

El 30 de marzo de 1994, la Asociación Rosarina de Fútbol selló la ficha con la que Lionel Andrés Messi pasó a pertenecer oficialmente a las infantiles de Newell’s Old Boys de Rosario. Desde ese día, la historia del fútbol estaba destinada a modificarse con la apertura de las puertas a una joya que daría que hablar durante más de dos décadas, que regó de gloria el suelo argentino con su conquista en el Mundial de Qatar y es considerado por muchos como el mejor futbolista de todos los tiempos.

Un día como hoy, hace treinta años, la ARF incluía a Messi en la categoría 1987 de la Lepra, con el aval de sus padres Jorge y Celia Cuccittini, que de antemano habían llevado al pichón de crack al club de su barrio, Abanderado Grandoli, por donde también habían pasado sus hermanos mayores Rodrigo (también jugó en Newell’s) y Matías. La foto carnet con ojos bien abiertos, el sello azul con la data del 30 de marzo del 94, la firma de Leo con el domicilio fijado en su antigua casa en Rosario ubicada sobre la calle Estado de Israel al 500 (hoy llamada Lavalleja a esa altura) y la rúbrica del por entonces presidente leproso Walther Cattáneo representan un documento invaluable para la historia del deporte.

El niño Lío demoró apenas diez días en pisar una cancha por primera vez con la camiseta rojinegra. Su debut sería una carta de presentación para lo que acontecería por el resto de su trayectoria amateur y profesional: le convirtió cuatro tantos a Pablo VI en una goleada 6-0 con la que empezó a imantar las miradas de propios y extraños. Solamente en 1994 se despachó con 40 goles en solo 29 partidos.

Las estadísticas aportadas por la Asociación Rosarina marcan que Messi disputó un total de 176 partidos y anotó 234 goles con la casaca de Newell’s, con la que fue campeón en reiteradas ocasiones. Su récord de tantos fue en el año 1999, previo a su viaje para probarse en Barcelona, cuando se despachó con nada menos que 55 y un promedio de gol de casi dos por encuentro (1,89%). A lo largo de las seis temporadas que comprendieron el fútbol infantil de Liga Rosarina, esa categoría 87 de Newell’s jugó un total de 178 partidos, entre los cuales ganó 155, empató 17 y perdió solamente 6.

En el año 2000, Messi dejó de entrenarse en el famoso predio Malvinas Argentinas, donde registró algunos goles memorables que son virales en las redes sociales y pasó a Bella Vista, donde practican las juveniles y actualmente hasta se concentral el plantel profesional. Con edad de Prenovena, volvió a destacarse en un año que marcaría un punto de inflexión para su carrera y vida personal. La obra social de su padre ya no le cubriría el tratamiento hormonal que estaba siguiendo y el club le advirtió que no estaba en condiciones de hacerse cargo del mismo. Allí comenzó una búsqueda incesante para que sus sueños de futbolista no se echaran a perder.

A pesar de los contratiempos, Lionel la seguía rompiendo con la 87 de la Lepra. En mayo de ese año, su equipo vapuleó 5-1 a su par de Rosario Central en condición de visitante (Granadero Baigorria) por la octava fecha del torneo Gobernador Molinas. Los autores de los tantos fueron Lucas Scaglia, primo de Antonela Roccuzzo, Marcelo Romero (triplete) y el mismísimo Messi.

Una crónica publicada en el suplemento Pasión Rojinegra del diario La Capital de Rosario describió: “A los 10 minutos llegó el gol que no podía faltar: el de Leo Messi -el Maradonita de la 10ma-, cuando enganchó, la bajó, se dio media vuelta y adentro. Era el cuarto gol y ya todos empezaban a disfrutar del espectáculo que Newell’s brindaba”. Desde hacía rato se hablaba de un chico que maravillaba a todos con su zurda en las Inferiores, pero la Comisión Directiva presidida en ese momento por Eduardo López decidió mirar hacia otro lado ante el pedido familiar para cubrir su tratamiento, ya que tenía a otros cracks a su altura: el Billy Gustavo Rodas en la 86, el Gato Mauro Formica y Leandro Depetris en la 88.

Para mediados del 2000, Jorge Messi estaba decidido a llevarse de Newell’s a su hijo. Juntos viajaron a Buenos Aires para realizar una prueba en River, donde hizo varios goles y no llegaron a darle el visto bueno ya que en ese interín surgió la posibilidad del Barcelona. Los detalles de esa aventura ya han sido contados con anterioridad en este medio, pero lo concreto es que su mamá informó a la escuela y al club del Parque Independencia que Leo se había enfermado y por eso se ausentaría unos diez días de sus obligaciones.

Los Messi retornaron a Rosario sin una respuesta definitiva del Barça y la Pulga retomó la actividad en la Lepra hasta fines de esa temporada. Inclusive llegó a presentarse con la categoría 87 a principios de 2001, justo antes de que sellaran el pasaporte suyo y el de toda su familia para instalarse en Barcelona y pasara a formar parte oficialmente de La Masía. Su estreno en las juveniles blaugranas se hizo esperar porque Newell’s no quería darle el pase al joven talento rosarino e incluso un Tribunal de la FIFA tuvo que intervenir para liberarlo.

De allí en más, escribió su historia de grandeza partido a partido. Y todavía le quedan varias hojas en el cuaderno.


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