La Bombonera se tiñó de emoción en la previa del partido entre Boca Juniors y Belgrano de Córdoba, cuando el club rindió homenaje a Miguel Ángel Russo, su exentrenador fallecido el pasado miércoles a los 69 años. El homenaje se vivió con respeto y profunda sensibilidad, en un gesto que conmovió a hinchas, jugadores y cuerpo técnico por igual.
Antes del inicio del partido correspondiente a la fecha 14 del Grupo A de la Liga Profesional, se proyectó en las pantallas un video con imágenes destacadas de Russo durante su paso por el club. El repaso incluyó momentos de su consagración en la Copa Libertadores 2007 y escenas más íntimas que reflejaban su estilo tranquilo y comprometido con el trabajo.
Al finalizar el video, el estadio respondió con una ovación cerrada. En el campo de juego, una bandera gigante con su rostro y la frase “Amor con amor se paga” ocupaba el centro de la escena. Fue entonces cuando el actual técnico Claudio Úbeda y el capitán Leandro Paredes se acercaron con una camiseta especial de Boca, estampada con el año de nacimiento de Russo (1956) y el símbolo de infinito.
La remera, sostenida por globos, fue soltada al cielo en medio de un silencio cargado de emoción. Los aplausos inundaron el estadio mientras la camiseta se elevaba lentamente, en un gesto simbólico que generó lágrimas en más de un rostro.
El reconocimiento al entrenador no pasó inadvertido en ninguna parte del país. En Salta, donde el fútbol se sigue con fervor y donde Russo también supo ser valorado por su trayectoria y su estilo de conducción, muchos hinchas se sumaron al homenaje desde redes sociales. Mensajes, fotos y agradecimientos se multiplicaron durante toda la jornada.
El minuto de silencio que precedió al arranque del partido fue respetado con solemnidad absoluta, incluso por los hinchas de Belgrano presentes en la cancha, lo que demostró la dimensión de la figura de Russo en el fútbol argentino.
Si bien el resultado quedó en segundo plano, Boca se impuso con claridad ante el equipo cordobés, en una actuación que pareció cargada de esa energía especial que dejó la despedida al entrenador. Cada jugada, cada gol y cada abrazo entre los jugadores pareció teñido por el recuerdo de Miguel.
Con este gesto, Boca no solo homenajeó a un técnico exitoso, sino también a una persona que dejó huella por su calidad humana, su humildad y su forma de vivir el fútbol. Russo será recordado en el club y en todo el país como un referente que marcó una época.
Su legado sigue vivo en la memoria de los hinchas, en las páginas doradas de la historia del club, y en cada cancha donde alguna vez su equipo salió a jugar con coraje, respeto y convicción.