Con un triunfo tan necesario como festejado, Juventud Antoniana se impuso 2 a 0 ante Atlético Rafaela, el líder de la Zona B del Torneo Federal A, y dio un paso clave en su objetivo de avanzar a la siguiente ronda. En el estadio Martearena, y ante su gente, el equipo salteño mostró carácter, orden y eficacia para quedarse con tres puntos que valen oro en esta etapa decisiva del certamen.
Los goles llegaron por intermedio de Juan Cruz Franzoni e Ignacio Sanabria, que se encargaron de traducir en la red el buen momento futbolístico del equipo. Con esta victoria, el antoniano escaló al sexto puesto de la tabla y se ilusiona con meterse entre los clasificados a la próxima fase.
Si bien el camino aún no está asegurado, el triunfo frente al puntero le devolvió confianza al plantel y renovó las esperanzas en los hinchas, que acompañaron con fervor desde las tribunas. Juventud sabe que no hay margen para relajarse: quedan solo dos fechas y cada punto será determinante para definir su futuro.
El próximo desafío será este fin de semana en Pergamino, donde el conjunto salteño visitará a Douglas Haig, un rival siempre duro en su casa. Luego, cerrará su participación en esta fase como local, frente a Independiente de Chivilcoy, en un partido que podría ser definitorio.
Un partido clave, una respuesta contundente
Desde el inicio, Juventud mostró decisión para ir en busca del partido. Lejos de especular con el poderío de su rival, salió a presionar alto y a incomodar la salida de Atlético Rafaela, que no logró desplegar el juego que lo caracteriza. Esa actitud tuvo su recompensa promediando la primera parte, cuando Franzoni aprovechó una buena jugada colectiva para abrir el marcador y desatar la alegría en el Martearena.
Con la ventaja a su favor, el equipo dirigido por el cuerpo técnico antoniano no se replegó, sino que mantuvo la intensidad y buscó ampliar la diferencia. El premio llegó en el complemento, con un golazo de Sanabria, que selló el 2 a 0 definitivo y desató la fiesta en las tribunas.
La victoria no solo suma en lo estadístico, sino también en lo anímico. Juventud necesitaba un partido así, ante un rival de jerarquía, para convencerse de que puede estar entre los mejores de la zona y pelear por el ascenso. Más allá de lo numérico, lo mostrado en cancha dejó sensaciones muy positivas para el cuerpo técnico y los hinchas.
Una tabla apretada y mucho en juego
Con este resultado, el equipo salteño llegó a los 9 puntos en la tabla de la Zona B de la segunda fase, ubicándose momentáneamente en la sexta posición, dentro del lote de los que avanzan. Sin embargo, la diferencia con sus perseguidores es mínima, y un traspié podría dejarlo afuera de los puestos de clasificación.
Por eso, cada uno de los dos encuentros que restan será una final. En Pergamino, ante Douglas Haig, se jugará más que tres puntos: se pondrá en juego buena parte de sus chances de seguir en carrera. Y luego, en casa, con la presión de definir ante su gente, Juventud deberá cerrar de la mejor manera para alcanzar el objetivo.
El Federal A es un torneo largo, desgastante y muy parejo, donde los detalles hacen la diferencia. Por eso, cada punto sumado en esta recta final puede ser determinante. El cuerpo técnico lo sabe, y por eso trabaja para sostener el nivel mostrado ante Rafaela, pero también para corregir errores y afinar detalles de cara a los próximos compromisos.
El apoyo de la gente, un factor clave
Una mención especial merece la hinchada antoniana, que volvió a decir presente en el Martearena y fue un verdadero jugador número doce. En un momento en el que cada partido cuenta, el aliento incondicional desde las tribunas fue una inyección anímica para los jugadores, que respondieron con entrega y fútbol.
El entusiasmo en el entorno del club volvió a sentirse con fuerza. Los hinchas están ilusionados y sueñan con ver a Juventud peleando arriba, como en los viejos tiempos. Quedan dos pasos, y el santo depende de sí mismo para seguir en carrera. Si logra mantener esta intensidad y efectividad, el sueño de la clasificación puede hacerse realidad.
Lo que viene
El plantel ya puso la mirada en el próximo compromiso frente a Douglas Haig, que también pelea por un lugar en la siguiente fase. Se espera un partido duro, en una cancha complicada, pero Juventud llega con el envión de haber vencido al líder y con la motivación en alto.
Luego será el turno de recibir a Independiente de Chivilcoy en el Martearena, en un cierre que puede ser electrizante. Para esa fecha, probablemente todos los equipos lleguen con chances, y cada jugada podría definir una clasificación o una eliminación.
Juventud Antoniana, con historia en el fútbol del interior y un pueblo detrás, quiere volver a ser protagonista. Esta victoria ante Rafaela fue mucho más que tres puntos: fue una muestra de carácter, una señal de que el equipo está vivo y quiere dar pelea hasta el final.
