El fútbol argentino sumó un nuevo episodio de escándalo en una instancia clave. El partido entre Gimnasia y Esgrima de Jujuy y Deportivo Madryn, correspondiente a la segunda fase del reducido por el segundo ascenso a la Liga Profesional, fue suspendido tras una denuncia por amenazas al árbitro Lucas Comesaña.
El encuentro se disputaba en el estadio 23 de Agosto de Jujuy y, al finalizar el primer tiempo, el equipo local se imponía 1 a 0 con gol de Alejandro Quintana. Sin embargo, al regresar al vestuario, Comesaña habría sido increpado por personas aún no identificadas, lo que lo llevó a decidir no salir a dirigir el complemento.
La situación tomó por sorpresa a todos. El árbitro se retiró del estadio con custodia, sin brindar declaraciones. Mientras tanto, jugadores, dirigentes y el público quedaron sin una explicación clara en el momento. La organización del torneo aguardará ahora los informes oficiales para determinar si el partido se reprograma, se sanciona a alguno de los equipos o si se toma otra medida.
En Jujuy, la noticia generó malestar entre los hinchas de Gimnasia, que veían al equipo con chances reales de avanzar en el reducido. En tanto, la delegación de Deportivo Madryn esperó la resolución sin protagonizar mayores incidentes, aunque también afectada por la incertidumbre.
El hecho volvió a poner en debate la seguridad en el fútbol de ascenso, especialmente en regiones como el NOA, donde los recursos suelen ser más limitados. Desde Salta, donde se vive el fútbol con intensidad y hay equipos con aspiraciones similares, se sigue de cerca esta situación.
La AFA deberá resolver con rapidez para evitar que el conflicto escale y que el torneo pierda credibilidad. Mientras tanto, la pelota está detenida, y lo deportivo pasa a un segundo plano frente a una denuncia tan grave como inusual en esta etapa del campeonato.