Bolivia cerró este domingo un capítulo clave de su vida democrática con la realización de elecciones presidenciales y legislativas que definirán al país entre 2025 y 2030. Los votantes eligieron no solo al presidente y vicepresidente, sino también a los 130 miembros de la Cámara de Diputados y a los 36 del Senado, en un proceso marcado por la incertidumbre y la alta expectativa por un posible giro político tras 20 años de gobiernos del Movimiento al Socialismo (MAS).
El país vecino se prepara ahora para conocer los primeros resultados preliminares, que se esperan para esta misma noche. La tensión es palpable en un escenario donde la derecha aparece fortalecida, mientras el MAS llega a estos comicios debilitado y dividido, con importantes diferencias internas que marcaron la campaña electoral.
Ninguno de los ocho candidatos presidenciales logró imponerse como favorito absoluto en los sondeos previos, todos hombres, dejando abierta la posibilidad de una segunda vuelta. Para ganar en primera instancia, un postulante debía obtener el 50% más uno de los votos o al menos el 40% con una diferencia de diez puntos sobre su inmediato competidor.
Entre los principales aspirantes aparecen el expresidente Jorge “Tuto” Quiroga, de Alianza Libre, alineado a la derecha, y el empresario Samuel Doria Medina, de Unidad Nacional, identificado con la centroderecha. Ambos se perfilan como los favoritos para acceder al balotaje, previsto para el 19 de octubre, en caso de que ninguno alcance los números necesarios para la victoria directa.
En un segundo plano, se encuentra Andrónico Rodríguez, titular del Senado y disidente del MAS, distanciado del presidente Luis Arce y del expresidente Evo Morales. También compite Rodrigo Paz Pereira, del Partido Demócrata Cristiano, en la categoría de opciones con menor expectativa de voto, pero con influencia local en ciertas regiones del país.
Otros postulantes con posibilidades más limitadas son el militar Manfred Reyes Villa, Eduardo del Castillo (MAS), Jhonny Fernández, y Pavel Aracena Vargas, cada uno representando distintos sectores de derecha, izquierda y movimientos liberales. Este amplio abanico refleja la fragmentación política que atraviesa Bolivia, generando un clima de incertidumbre sobre la dirección que tomará el país en los próximos años.
El exmandatario Evo Morales, debilitado y con un pedido de captura en su contra en el marco de una causa por abuso de menores, permaneció en su reducto del Chapare, desde donde hizo un llamado al voto nulo, dejando entrever su aislamiento político y la difícil situación del MAS en estas elecciones.
La importancia de estos comicios trasciende las fronteras bolivianas y tiene repercusión en la región, incluida la provincia de Salta. Los medios locales siguen de cerca la jornada, dado que la estabilidad política en Bolivia puede impactar en el comercio, la cooperación regional y los intercambios fronterizos, especialmente en localidades del norte argentino como Tartagal, Orán y Salvador Mazza, donde existe un flujo constante de personas y productos.
Analistas políticos señalan que, de confirmarse un balotaje entre Quiroga y Doria Medina, Bolivia podría experimentar un cambio de rumbo en sus políticas económicas y sociales, con una mayor apertura hacia el mercado y un distanciamiento de los lineamientos históricos del MAS. Sin embargo, advierten que el contexto sigue siendo volátil y que las alianzas regionales y la participación ciudadana serán claves para definir el resultado final.
Mientras tanto, los bolivianos esperan con atención los primeros datos oficiales, que darán indicios sobre la distribución de votos y el desempeño de cada candidato en diferentes departamentos, incluyendo La Paz, Santa Cruz y Cochabamba, donde se concentran importantes franjas del electorado. La expectativa se intensifica ante la posibilidad de que la elección presidencial se decida en una segunda vuelta, consolidando un escenario de alta tensión política y movilización ciudadana.
En Salta, la cobertura periodística se centra en la conexión histórica, cultural y económica con Bolivia, analizando cómo las decisiones que se tomen en La Paz pueden repercutir en el comercio fronterizo, el turismo y la seguridad regional. La elección también despierta interés por la influencia de figuras emblemáticas como Evo Morales, cuya presencia en la política boliviana sigue generando debates, y por la respuesta del electorado ante candidatos nuevos y experimentados.
Con este panorama, Bolivia se encuentra en un momento decisivo de su historia reciente, y la región del norte argentino sigue de cerca cada novedad, esperando que los resultados traigan claridad y definan el rumbo político de un país vecino que comparte frontera, cultura y desafíos económicos con Salta. La noche de este domingo será clave para conocer si el MAS mantiene su hegemonía o si se consolida un cambio que podría marcar un giro histórico en la política boliviana.