La reconocida activista sueca Greta Thunberg fue interceptada por la Armada israelí mientras participaba de una flotilla internacional que navegaba hacia la Franja de Gaza con fines humanitarios. El operativo tuvo lugar este miércoles, a unas 80 millas náuticas del territorio palestino, donde buques de guerra rodearon más de 40 embarcaciones con más de 500 voluntarios a bordo. Todos serán trasladados a Israel y posteriormente expulsados.
La llamada Flotilla Global Sumud, integrada por personas provenientes de países como España, Túnez e Italia, tenía como objetivo entregar ayuda humanitaria y visibilizar la situación crítica que vive la población civil en Gaza, bloqueada por mar desde hace años. La presencia de Thunberg, figura emblemática del ambientalismo global, le dio mayor notoriedad a la iniciativa, que fue detenida antes de alcanzar su destino.
Según voceros israelíes, la flotilla fue advertida de que se dirigía a una “zona de combate activa” y violaba un “bloqueo naval legítimo”. Ante la negativa de cambiar de rumbo, las naves fueron interceptadas y escoltadas hacia el puerto de Ashdod, donde se gestionará la expulsión de cada activista.
La noticia generó reacciones en todo el mundo, incluidas expresiones de solidaridad en Salta, donde agrupaciones estudiantiles y colectivos sociales vienen acompañando las denuncias por la situación en Palestina. Desde universidades hasta organizaciones barriales, distintas voces señalaron que el caso de Greta pone en evidencia el alto nivel de militarización en la región y la dificultad para hacer llegar ayuda a una población en emergencia.
Aunque no hay confirmación oficial, se especula con la posible presencia de ciudadanos argentinos entre los voluntarios. La Cancillería aún no emitió un comunicado al respecto, pero se espera alguna definición diplomática en las próximas horas.
La situación en Gaza sigue siendo una de las más complejas del escenario internacional, y la presencia de figuras como Thunberg en iniciativas de este tipo refuerza el reclamo de muchos sectores por una solución humanitaria y pacífica. Si bien la flotilla no logró alcanzar la costa, su impacto mediático vuelve a poner en agenda la necesidad de romper el silencio sobre lo que sucede en ese territorio.