Nicolás Maduro volvió a encender las alarmas en América Latina al afirmar que Venezuela está preparada para una “lucha armada” si Estados Unidos decide atacar. Desde Caracas, el mandatario denunció una supuesta operación militar norteamericana en marcha y aseguró que hay más de 1.200 misiles listos para ser lanzados contra su país desde barcos y submarinos estadounidenses.
En medio de un contexto regional ya tenso, sus declaraciones generaron preocupación en distintos sectores políticos y sociales, incluyendo a comunidades venezolanas en Salta, donde la migración desde ese país creció de forma sostenida en los últimos años.
“Estamos en máxima preparación. Si Venezuela fuera agredida, pasaría inmediatamente al período de defensa armada del territorio”, expresó Maduro, en un mensaje desafiante que no pasó desapercibido. El presidente también acusó al exmandatario norteamericano Donald Trump y a su entorno de querer provocar una “masacre” y empujar a Venezuela hacia un conflicto sangriento.
Al mismo tiempo, intentó mostrarse abierto al diálogo, aunque admitió que los canales diplomáticos con Washington están deteriorados. Sin embargo, remarcó que su gobierno no va a ceder “frente a amenazas ni chantajes de ningún signo”.
En las últimas semanas, la Casa Blanca había endurecido su postura frente al régimen venezolano, elevando a 50 millones de dólares la recompensa por información que permita capturar a Maduro, bajo la acusación de tener vínculos con el narcotráfico. También se desplegó una operación militar en aguas internacionales con el supuesto objetivo de combatir el tráfico de drogas, aunque desde Caracas denuncian que es una excusa para justificar una eventual intervención militar.
Las palabras de Maduro no solo agitan el clima en Venezuela, sino que repercuten en toda América Latina. En provincias como Salta, que recibieron a miles de migrantes venezolanos en los últimos años, se teme que una escalada bélica pueda derivar en nuevas olas de desplazamientos y crisis humanitaria. Además, un conflicto de esa magnitud tendría efectos económicos y políticos en toda la región.
Aunque por ahora no hay movimientos militares visibles en las fronteras venezolanas, la amenaza lanzada por el líder chavista vuelve a ubicar a su país en el centro del escenario internacional. Y, en ese tablero cada vez más impredecible, América Latina enfrenta el riesgo de quedar envuelta en una nueva crisis que nadie quiere afrontar, pero que algunos ya consideran inevitable.