El presidente de Colombia, Gustavo Petro, volvió a quedar en el centro de la polémica luego de difundir en redes sociales una información falsa sobre la situación social en Argentina. A través de su cuenta oficial, el mandatario aseguró que se estaban produciendo saqueos en las afueras de la ciudad de Buenos Aires, pero el material audiovisual que acompañaba el mensaje no correspondía al país y había sido tomado de un noticiero chileno.
La publicación tuvo un fuerte impacto inicial y alcanzó a millones de usuarios en pocas horas. Sin embargo, rápidamente comenzó a ser cuestionada por la propia comunidad digital, que detectó inconsistencias en el video y señaló que las imágenes no reflejaban ningún episodio ocurrido en territorio argentino. La viralización del error expuso nuevamente al presidente colombiano a críticas por la difusión de información no verificada.
En el mensaje, Petro advertía sobre una supuesta crisis social en Argentina y describía escenas de personas saqueando comercios de alimentos en zonas periféricas de la capital. El tono alarmista del posteo generó preocupación entre algunos usuarios, pero también despertó dudas casi inmediatas entre otros, que comenzaron a rastrear el origen del video.
No pasó mucho tiempo hasta que se confirmó que las imágenes pertenecían a una cobertura televisiva de Chile y no tenían relación alguna con la realidad argentina. La aclaración se multiplicó en redes sociales, donde numerosos usuarios remarcaron el error y cuestionaron la responsabilidad de un jefe de Estado al compartir este tipo de contenidos sin verificación previa.
El episodio se inscribe en una serie de controversias similares protagonizadas por Petro desde su llegada a la presidencia. A lo largo de su mandato, el dirigente colombiano ha utilizado con frecuencia su cuenta de X para opinar sobre política regional e internacional, en ocasiones apoyándose en datos que luego resultaron ser incorrectos o incompletos. Esta dinámica le ha valido críticas tanto de opositores como de analistas políticos.
La difusión de la fake news también se dio en un contexto de fuerte tensión ideológica entre Petro y el presidente argentino, Javier Milei. Ambos mandatarios mantienen una relación distante y conflictiva, marcada por declaraciones cruzadas y visiones opuestas sobre el rol del Estado, la economía y la política exterior en América Latina.
A fines de marzo de 2024, esa tensión escaló cuando Milei calificó públicamente a Petro de “terrorista asesino”, en referencia a su militancia en organizaciones guerrilleras durante su juventud. La declaración provocó una crisis diplomática inmediata y derivó en la expulsión de diplomáticos argentinos de Bogotá, profundizando el deterioro del vínculo bilateral.
Petro respondió con dureza a esas acusaciones. En distintas intervenciones públicas, definió al presidente argentino como “neonazi” y lo señaló como un “potencial dictador”, cuestionando su discurso político y sus posiciones ideológicas. También minimizó el impacto internacional de Milei, al sostener que su exposición en foros globales no había tenido la relevancia que el gobierno argentino intentó mostrar.
Más allá del intercambio verbal, ambos líderes representan proyectos políticos antagónicos. Mientras Milei impulsa en Argentina un programa de fuerte ajuste económico, reducción del Estado y alineamiento con potencias occidentales, Petro sostiene una agenda más cercana a los gobiernos de izquierda de la región, con énfasis en políticas sociales, ambientalismo y un posicionamiento crítico frente a Estados Unidos.
En materia de política exterior, el presidente colombiano mantiene una relación fluida con el gobierno de Venezuela, respalda la causa palestina en el conflicto de Medio Oriente y suele confrontar con Washington en temas vinculados a derechos humanos y cambio climático. Estas posturas contrastan con la línea adoptada por la administración argentina, que busca recomponer vínculos con Estados Unidos e Israel y tomar distancia de los gobiernos bolivarianos.
La publicación errónea sobre Argentina reavivó el debate sobre el uso de redes sociales por parte de líderes políticos y la responsabilidad que implica comunicar información sensible a audiencias masivas. En un escenario regional atravesado por crisis económicas, tensiones sociales y alta polarización, la difusión de noticias falsas puede tener consecuencias políticas y diplomáticas significativas.
En Argentina, el episodio fue leído por muchos como una muestra más del enfrentamiento discursivo entre ambos presidentes, pero también como una advertencia sobre los riesgos de la desinformación en tiempos de hiperconectividad. Aunque el mensaje fue desmentido con rapidez, el alcance inicial del posteo volvió a poner en evidencia la velocidad con la que circulan contenidos engañosos en plataformas digitales.
Mientras tanto, el vínculo entre Buenos Aires y Bogotá continúa en un punto delicado. Si bien no se produjeron anuncios oficiales tras este último episodio, la desconfianza mutua y los cruces públicos parecen consolidarse como una constante en la relación entre Javier Milei y Gustavo Petro, dos figuras centrales del actual tablero político latinoamericano.
