El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó que mantuvo una conversación telefónica con el mandatario ruso Vladimir Putin, a la que describió como “muy productiva”, en la antesala de un encuentro clave con el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky. El contacto se dio en un momento decisivo de la agenda internacional, con negociaciones en marcha para intentar poner fin a la guerra que ya lleva más de dos años en Europa del Este.
El diálogo con Putin tuvo lugar horas antes de la reunión entre Trump y Zelensky en Florida, donde se esperaba avanzar sobre el último borrador de un plan de paz impulsado desde Washington. Según explicó el propio Trump, el intercambio con el líder del Kremlin se realizó antes del encuentro pautado con el mandatario ucraniano, previsto para la tarde en su residencia de Mar-a-Lago.
Desde su red social Truth Social, el jefe de Estado norteamericano sostuvo que la comunicación con Putin fue positiva y se enmarcó en los esfuerzos diplomáticos que viene encabezando su administración para lograr un alto el fuego. Trump remarcó que el objetivo central es abrir una instancia de negociación concreta que permita frenar la escalada del conflicto y avanzar hacia una solución duradera.
La reunión posterior con Zelensky se desarrolló en el comedor principal de Mar-a-Lago y formó parte de una agenda cargada de definiciones. Allí, ambos mandatarios analizaron el esquema general de un plan de paz que contempla distintos puntos sensibles del conflicto, entre ellos un posible cronograma de cese de hostilidades y mecanismos de verificación internacional.
Uno de los ejes principales de las conversaciones fue la propuesta de establecer una zona desmilitarizada en áreas clave del frente de combate, una medida que apunta a reducir el riesgo de nuevos enfrentamientos directos entre las fuerzas rusas y ucranianas. En ese marco, también se evaluaron alternativas para garantizar la seguridad de la población civil en las regiones más afectadas por la guerra.
Otro de los puntos centrales del borrador es la situación de la central nuclear de Zaporizhia, una de las más grandes de Europa y foco de preocupación internacional desde el inicio del conflicto. La iniciativa contempla un esquema de administración y control que evite riesgos nucleares y asegure el funcionamiento seguro de la planta, bajo supervisión internacional.
El control territorial del Donbás aparece como uno de los temas más complejos de la negociación. La región, disputada desde 2014 y escenario de los combates más intensos, representa un desafío político y militar para cualquier acuerdo. En las conversaciones se analizan distintas alternativas que van desde acuerdos transitorios hasta fórmulas de administración especial, siempre atadas a garantías de seguridad posteriores.
En ese sentido, las garantías de seguridad para Ucrania tras el eventual fin del conflicto ocupan un lugar destacado en el plan impulsado por Estados Unidos. El gobierno de Trump busca articular compromisos que incluyan respaldo internacional y mecanismos de respuesta ante posibles incumplimientos, sin escalar el enfrentamiento con Rusia.
La confirmación del contacto entre Trump y Putin también fue ratificada desde Moscú, lo que refuerza la idea de que existe una línea de diálogo abierta entre ambas potencias. Aunque no trascendieron detalles específicos del contenido de la charla, el intercambio fue interpretado como una señal de distensión en un contexto global marcado por tensiones geopolíticas.
Desde Washington destacan que la estrategia pasa por mantener conversaciones paralelas con las dos partes involucradas directamente en la guerra, con el objetivo de acercar posiciones y evitar que las negociaciones se empantanen antes de comenzar. En ese esquema, Trump busca posicionarse como un actor central en un eventual acuerdo de paz.
El avance de estas gestiones es seguido de cerca por la comunidad internacional, en especial por Europa y los países aliados de Estados Unidos, que ven con expectativa cualquier movimiento que pueda abrir una ventana de salida diplomática al conflicto. La guerra en Ucrania no solo redefinió el equilibrio político en la región, sino que también tuvo impacto en la economía global, la energía y la seguridad internacional.
Mientras tanto, el proceso de negociación se mantiene abierto y sujeto a múltiples variables. Las próximas semanas serán clave para determinar si las conversaciones logran traducirse en avances concretos o si las diferencias de fondo siguen bloqueando un acuerdo. Por ahora, el diálogo entre Trump, Putin y Zelensky marca un nuevo intento por encaminar una solución política a uno de los conflictos más relevantes de la actualidad.
