La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner fue internada en el Sanatorio Otamendi, en la ciudad de Buenos Aires, luego de presentar una dolencia abdominal que motivó la intervención de profesionales de la salud y su posterior traslado a un centro médico para una evaluación más exhaustiva.
El ingreso se produjo tras una primera revisión realizada en su domicilio, donde los médicos constataron la necesidad de ampliar los estudios para determinar el origen del malestar. Por ese motivo, se resolvió su internación en la clínica privada, donde permanece bajo observación mientras se le realizan distintos controles y análisis.
Antes del traslado, la exmandataria solicitó la autorización correspondiente, en el marco de las condiciones que rigen su situación judicial. Actualmente, Cristina Kirchner cumple prisión domiciliaria en su departamento del barrio porteño de Constitución, tras haber sido condenada en la causa conocida como Vialidad.
Desde su entorno indicaron que el cuadro no permitió continuar con un tratamiento ambulatorio y que la decisión de internarla respondió a criterios médicos preventivos. La intención fue avanzar con estudios clínicos que permitan establecer un diagnóstico preciso y descartar posibles complicaciones.
Según se informó, cualquier novedad sobre su evolución será comunicada a través de los partes médicos oficiales emitidos por la institución, que centraliza la información vinculada a su estado de salud. Por el momento, no trascendieron detalles específicos sobre los resultados de los estudios ni sobre el tiempo estimado de internación.
No es la primera vez que la ex presidenta atraviesa un episodio de este tipo. En años anteriores, Cristina Kirchner debió recibir atención médica por afecciones gastrointestinales, entre ellas cuadros vinculados a divertículos, lo que forma parte de sus antecedentes clínicos.
La internación se da en un contexto de alta exposición pública y política, tanto por su figura como por su situación judicial, lo que generó una inmediata repercusión en el ámbito político y mediático a nivel nacional. Sin embargo, desde su entorno buscaron llevar tranquilidad y remarcar que se trata de una medida preventiva para profundizar los controles médicos.
Cristina Kirchner tiene 72 años y continúa bajo seguimiento médico mientras permanece internada. La evolución del cuadro y las definiciones sobre el alta dependerán de los resultados de los estudios que se le practican y de la evaluación de los profesionales a cargo.
Por ahora, el foco está puesto en su recuperación y en completar los exámenes necesarios para determinar el tratamiento más adecuado, mientras se aguarda información oficial sobre su estado de salud en las próximas horas.