El conflicto entre el Gobierno nacional y los trabajadores estatales volvió a encenderse este martes, luego de que el Ejecutivo confirmara que descontará el día a todos los empleados públicos que adhieran al paro convocado por ATE. La medida sindical, que incluye una movilización frente al Congreso desde las 11, se enmarca en el rechazo a la reforma laboral que la Casa Rosada planea presentar en las próximas horas y en el reclamo por una urgente recomposición salarial.
Desde temprano, distintas dependencias comenzaron a registrar retiros de trabajadores y actividad reducida. Aunque la manifestación principal será en Buenos Aires, la huelga tiene alcance federal y afecta a organismos clave de la administración pública. Para ATE, la protesta es una respuesta directa a lo que consideran una reforma regresiva que modificaría aspectos sensibles del régimen laboral, como vacaciones, indemnizaciones y despidos.
El sindicato también reclama reabrir paritarias y frenar los posibles recortes en organismos descentralizados, una medida que —según estiman— podría impactar en alrededor del 10% del personal. Entre las áreas mencionadas se encuentran la Oficina Anticorrupción, Indec, Conicet, Enacom, Inta, Inti, Enargas, Enre, entre otros organismos que cumplen funciones estratégicas a nivel nacional. La posibilidad de ajustes encendió alarmas internas y generó mayor adhesión al paro.
Mientras tanto, el Gobierno insiste en que la reforma laboral será “moderada” y que busca construir consenso parlamentario para su aprobación. El texto final se presentará tras una reunión del Consejo de Mayo, donde se espera que el jefe de Gabinete, Manuel Adorni, detalle los alcances de la iniciativa. Según trascendió, el oficialismo apuesta a un acuerdo político que facilite la discusión en el Congreso y evite un clima de confrontación permanente.
Sin embargo, las críticas desde el ámbito sindical continúan en aumento. ATE sostiene que la reforma implica un retroceso en derechos laborales y cuestiona la posición de algunos gobernadores que, según afirman, acompañarían el proyecto pese a haber manifestado públicamente su rechazo al ajuste. En paralelo, la decisión del Gobierno de descontar el día sumó malestar entre los trabajadores y redobló la tensión en la previa de la movilización.
La jornada de hoy se perfila como un termómetro del ánimo social frente a las reformas que impulsa el Ejecutivo. Con miles de estatales movilizados, retiros de los lugares de trabajo desde media mañana y la expectativa puesta en el anuncio oficial de la reforma laboral, el paro nacional de ATE marca el primer gran choque entre el Gobierno y los trabajadores del Estado. Lo que ocurra este martes será clave para anticipar el clima político y gremial de las próximas semanas, en un país donde las reformas y los ajustes siguen en el centro del debate.