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Tensiones en el kirchnerismo

Grabois y los intendentes de La Cámpora, una disputa que escala

El dirigente social acumula choques con jefes comunales alineados con Cristina y Máximo Kirchner, mientras crecen las sospechas de un juego político que beneficia a Axel Kicillof.

Grabois y los intendentes de La Cámpora, una disputa que escala

La interna dentro del kirchnerismo volvió a quedar expuesta a partir del enfrentamiento entre Juan Grabois y varios intendentes de La Cámpora, un conflicto que ya no se limita a episodios aislados y empieza a leerse como una disputa política de mayor alcance. En el entorno de Cristina Kirchner y de Máximo Kirchner interpretan que los movimientos del líder de la UTEP no son casuales y apuntan a un desgaste sistemático de los jefes comunales que les responden.

El último foco de tensión se dio en Quilmes, donde Grabois confrontó abiertamente con la intendenta Mayra Mendoza tras los incidentes vinculados a una ordenanza para regular la actividad de los denominados “trapitos”. Lejos de quedar allí, el dirigente social profundizó su ofensiva con una protesta en Lanús, distrito gobernado por Julián Álvarez, también referenciado en La Cámpora, en reclamo de mejoras salariales y asistencia alimentaria para las fiestas de fin de año.

Dentro del kirchnerismo duro aseguran que la estrategia resulta cada vez más evidente. Señalan, por ejemplo, que cuando Grabois cuestionó la represión en Quilmes apuntó directamente contra la intendenta, sin mencionar al gobernador bonaerense, responsable político de la fuerza policial. Ese detalle alimentó la sospecha de un entendimiento tácito con Axel Kicillof, con quien el dirigente mantiene un vínculo político fluido.

La mayoría de los intendentes del conurbano están hoy alineados con el gobernador, pero los conflictos protagonizados por Grabois se concentran en distritos conducidos por dirigentes cercanos a Cristina Kirchner y a su hijo. En ese contexto, algunos sectores del camporismo consideran que el accionar del referente social busca erosionar el poder territorial de esos municipios, en un momento de reconfiguración del peronismo tras la derrota electoral.

La relación de Grabois con Cristina Kirchner, sin embargo, sigue siendo ambigua. Aunque suele reivindicarla públicamente y defender su liderazgo, no dudó en postular a Kicillof como eventual candidato presidencial del peronismo para 2027, un gesto que fue leído como una señal de autonomía política y, para algunos, como una provocación innecesaria.

A este escenario se suma un antecedente que todavía genera resquemores. En 2023, un proyecto para instalar un polo productivo y agroecológico en El Marquesado, en Mar del Plata, derivó en un conflicto político y social de alto impacto. El predio había sido cedido por el Estado nacional a una organización vinculada al Movimiento de Trabajadores Excluidos, espacio de referencia de Grabois, y la iniciativa despertó un fuerte rechazo vecinal.

Durante meses, la controversia incluyó cortes en la ruta 11, denuncias de ocupación irregular, cruces entre oficialismo y oposición y, finalmente, una orden judicial de desalojo. El conflicto terminó golpeando al peronismo local y afectó de lleno la campaña de Fernanda Raverta, candidata de La Cámpora, que perdió la elección por la intendencia frente al PRO.

Con estos antecedentes sobre la mesa, la interna entre Grabois y los intendentes camporistas ya no aparece como una simple diferencia de estilos o agendas, sino como una pulseada política que expone tensiones profundas dentro del espacio kirchnerista y anticipa nuevas disputas de poder en el peronismo. Si querés, puedo ajustar aún más la extensión, endurecer el tono político o hacerla más neutral para un portal informativo.


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