La Justicia dio un paso clave en la investigación por el brutal triple femicidio ocurrido en Florencio Varela. Se trata de la solicitud de una alerta roja a Interpol para lograr la captura internacional de Matías Agustín Ozorio, de 28 años, señalado como uno de los principales colaboradores del presunto jefe narco conocido como “Pequeño J”.
Ozorio está acusado de participar directamente en los asesinatos de Brenda del Castillo (20), Morena Verdi (20) y Lara Gutiérrez (15). La causa, a cargo de la Fiscalía N°2 de La Matanza, lo imputa por “homicidio triplemente calificado” con agravantes por alevosía, premeditación y violencia de género.
La circular roja, que permite la detención preventiva en cualquier país miembro de Interpol, busca acelerar su extradición en caso de ser localizado fuera de la Argentina. Aunque su nombre aún no aparece públicamente en los registros online, el pedido ya fue emitido formalmente.
Narcotráfico, violencia y una red criminal activa
La investigación apunta a una red de crimen organizado que operaría desde distintos puntos del Área Metropolitana de Buenos Aires, con bases en villas como la 1-11-14, Zavaleta y la 21-24. Allí se habría detectado la presencia de Ozorio tras el crimen, aunque su paradero actual sigue siendo desconocido.
Detrás de todo, los investigadores creen que se encuentra “Pequeño J”, un supuesto líder narco que aún no fue identificado con certeza, aunque se manejan los nombres de Julio Valverde y Julio Montana como posibles alias. La estructura bajo su mando estaría implicada no sólo en narcotráfico, sino también en ejecuciones por encargo, extorsiones y otros delitos de alta violencia.
El crimen de las tres jóvenes, además de estremecer por su brutalidad, evidenció la crueldad con la que estas organizaciones operan, incluso contra mujeres menores de edad. Las autoridades no descartan que se haya tratado de un ajuste de cuentas o una represalia interna dentro de la red.
Cuatro detenidos y más pistas abiertas
Mientras se intensifica la búsqueda de Ozorio, ya hay cuatro personas detenidas por su presunta participación en el hecho: Magalí Celeste González Guerrero (28), Miguel Ángel Villanueva Silva (27), Daniela Iara Ibarra (19) y Maximiliano Andrés Parra (18). Se trataría de dos parejas, una argentina y una peruana, involucradas en distintas etapas del crimen.
Con estas detenciones, la causa comienza a revelar el funcionamiento interno de la organización: jerarquías, roles asignados y conexiones con el narcomenudeo en barrios populares.
Un caso que conmueve y expone vulnerabilidades
El triple femicidio sacudió a la opinión pública no solo por su violencia, sino también por el contexto de impunidad y vulnerabilidad en el que se produjo. Las víctimas eran jóvenes mujeres, una de ellas menor de edad, y todo apunta a que fueron asesinadas con ensañamiento y frialdad.
La dimensión de violencia de género presente en el caso llevó a que se agraven las imputaciones y se incorporen enfoques más amplios en la investigación. La Justicia intenta avanzar pese a las dificultades que implican desarticular una estructura criminal con ramificaciones en varios distritos.
Mientras tanto, las familias de Brenda, Morena y Lara siguen reclamando justicia. La detención de Ozorio, ahora buscado a nivel internacional, es clave para avanzar hacia un juicio que permita esclarecer lo ocurrido y responsabilizar a todos los involucrados.