La audiencia de este jueves en los Tribunales de San Isidro estuvo llena de tensiones, pedidos de los abogados y fuertes cruces. Porque el juicio por la muerte de Diego Maradona avanza, pero a paso lento.
Aunque estaba prevista la declaración del psicólogo Carlos Díaz, uno de los imputados más complicados, terminó postergándose para el próximo martes porque los jueces se pasaron casi toda la jornada resolviendo diferentes cuestiones administrativas, respecto al desarrollo del debate oral.
“Yo había dicho que mi defendido iba a declarar una hora, pero me quedé corto: va a declarar tres horas. Y hoy, ya no llega”, aseguró Diego Olmedo, abogado de Díaz, luego de que los jueces acordaran concluir la audiencia a las 17, a diferencia de otros días, que suele extenderse un par de horas más.
Si bien el imputado estuvo presente toda la jornada, durante la mañana surgieron diversos debates. El primero ocurrió cuando la jueza Julieta Makintach comunicó que a partir de este jueves iba a moderar el debate, y que su colega, la magistrada Verónica Di Tomasso, sería la presidenta del Tribunal Oral en lo Criminal N° 3. Hasta ese momento, el presidente había sido Maximiliano Savarino.
El cambio generó una queja por parte de la querella, a cargo de Fernando Burlando, quien pidió un cuarto intermedio para poder analizar la situación. Y en medio de un murmullo generalizado, los abogados de todas las partes se reunieron en la puerta de la sala para discutir el cambio en los roles del tribunal.

Durante el cuarto intermedio surgió además el rumor de que se está grabando un documental sobre el juicio. Ante la negativa de que los periodistas filmen o transmitan las jornadas (lo cual fue prohibido por el tribunal), los abogados decidieron hacer dos planteos a los jueces: que se identifiquen las personas que lo están produciendo y que se indique si solicitaron el permiso necesario.
Quienes asisten a las audiencias regularmente saben que se habla de ese documental casi desde el primer día. Algunos sostienen que lo está grabando la BBC y otros, que es una productora local. Incluso, durante la jornada de este jueves se debatió si hubo en la sala productores haciendo imágenes y tomando notas, aún cuando eso en la sala no está permitido.

Tras el cuarto intermedio, el abogado del neurocirujano Leopoldo Luque, Julio Rivas, tomó la palabra y pidió recusar a la jueza Makitanch. “Cuando declaró (la psiquiatra) Agustina Cosachov la semana pasada, si bien yo no soy su abogado defensor, empecé a evaluar que la jueza Makintach no es imparcial. Hizo preguntas inquisitivas. Y muchas veces, con sus preguntas, adelanta cuál será el veredicto de este juicio”, argumentó.
Rivas también afirmó que se había enterado de que se estaba grabando un documental del juicio, y que creía que quien lo estaba dirigiendo era el hermano de la jueza Makintach. “Es socio de una productora, pero nunca entró a este edificio. (Mi hermano) nada tiene que ver con este juicio ni con Maradona”, aclaró la magistrada.
Finalmente, el tribunal rechazó el pedido de recusación para la jueza. No obstante, se resolvió mantener su estructura habitual, con Savarino como presidente.

“Diego era otro cuando estaba con sus hijos”
Al fin, por la tarde declaró uno de los acompañantes terapéuticos de Maradona, Carlos Roberto Bacchini, quien fue contratado para asistirlo en su casa de San Andrés, luego de la operación por el hematoma subdural.
“A Diego lo conocí cuando estaba en la Clínica Olivos. Me lo presentaron y le dijeron que yo lo iba a cuidar. Me miró de arriba a abajo y me dijo: ‘Coquito (así me dicen) vení a darme un abrazo’. Un día me dijo que se quería ir y que lo ayudara a llamar por teléfono. Tenía dos celulares. Intenté llamar a (el exfutbolista Oscar) Ruggeri, como me había pedido, pero la llamada no salía”, contó Bacchini.
“Mi jefe me dijo que Maradona no sabía que yo estaba para cuidarlo por el tema de las adicciones, era mejor así para que aceptara un apoyo, pero no sé quién lo decidió. Después del tercer día tenía que volver a la casa, pero me llamó mi jefe para decirme, de la nada, que ya no tenía que volver porque no teníamos más el servicio. Después me enteré que era porque supuestamente Diego no quería tanta gente en la casa”, indicó.

Luego, aclaró que El Diez era “otra persona” cuando veía a sus hijos; cuando se quedaba solo, se ponía mal anímicamente. “Cuando lo llamaban los hijos, (desde el entorno) les decían que Diego estaba durmiendo, pero yo lo veía y estaba con nosotros, despierto. Nunca le decían quién lo llamaba”, explicó Bacchini, y cerró: “Cuando dejé esa casa, Diego estaba bien. Todavía no puedo creer lo que pasó”.