El presidente Javier Milei volvió a ocupar el centro de la escena política y económica al participar de una extensa charla pública en el cierre de actividades de un canal de streaming identificado con el espacio libertario. Durante más de tres horas, el mandatario repasó los principales ejes de su gestión y dejó una definición fuerte: aseguró que hacia mediados de 2026 la inflación mensual comenzará con un cero, como resultado del programa económico que impulsa desde su llegada a la Casa Rosada.
En un clima distendido, acompañado por militantes y seguidores que se acercaron al lugar, Milei sostuvo que el proceso de desinflación ya está en marcha y que sus efectos más visibles se observarán en los próximos meses. Según explicó, los indicadores mayoristas anticipan una tendencia que luego se reflejará en el índice de precios al consumidor, aunque con cierto rezago. Para el Presidente, esa demora responde a factores estructurales acumulados durante años, que todavía impactan sobre la economía real.
El jefe de Estado volvió a insistir en que la inflación no es un fenómeno inmediato de corregir y apuntó a lo que definió como un “sobrante monetario” generado por la emisión, los controles de precios y las restricciones cambiarias. En ese marco, defendió la eliminación de regulaciones y el ordenamiento fiscal como pilares centrales de su plan. Desde su mirada, los intentos de intervenir artificialmente los precios solo profundizaron los desequilibrios y derivaron en más escasez y pérdida de libertad económica.
Otro de los temas centrales fue la política exterior y la relación con Estados Unidos. Milei destacó el respaldo político recibido desde ese país y sostuvo que el acompañamiento internacional fue clave para fortalecer la credibilidad del programa económico argentino. Sin entrar en detalles técnicos, remarcó que ningún apoyo externo sería posible si el rumbo elegido no fuera consistente, y cuestionó a sectores opositores que, según su visión, apostaron al fracaso del plan aun cuando eso perjudicara a la mayoría de la población.
En ese mismo tono, el Presidente defendió decisiones estratégicas en materia de defensa nacional, como la adquisición de aviones F-16 para la Fuerza Aérea Argentina. Frente a las críticas surgidas desde distintos espacios políticos, Milei afirmó que la incorporación de ese sistema de armas no responde a hipótesis de conflicto bélico, sino a la necesidad de fortalecer capacidades frente a amenazas como el narcotráfico y el terrorismo. También señaló que la operación se dio en el marco de una renovación natural del material aéreo por parte de países europeos, lo que permitió acceder a los aviones en condiciones favorables.
La agenda legislativa fue otro punto relevante de la exposición presidencial. Milei confirmó que su Gobierno continúa impulsando reformas estructurales a través del Congreso y defendió la convocatoria a sesiones extraordinarias para avanzar con proyectos considerados clave para el crecimiento económico. En ese contexto, mencionó la creación de ámbitos de diálogo político como una herramienta para destrabar consensos, aunque dejó en claro que no resignará los principios centrales de su programa.
Ante las críticas de la oposición y de algunos sectores sociales, el Presidente rechazó con firmeza la idea de que su Gobierno sea indiferente frente a la pobreza. Por el contrario, sostuvo que los países con mayor libertad económica son los que logran reducir más eficazmente los niveles de pobreza y mejorar la calidad de vida de su población. Desde su perspectiva, las políticas aplicadas durante décadas en Argentina atacaron síntomas pero no causas, perpetuando un esquema de déficit fiscal, inflación y dependencia del Estado.
En ese análisis, Milei volvió a cuestionar el rol del gasto público descontrolado y de los impuestos elevados, a los que responsabilizó por asfixiar la actividad privada y limitar las oportunidades de crecimiento. Según explicó, el deterioro económico no solo impactó en los indicadores macroeconómicos, sino también en la libertad individual y en la capacidad de las personas para desarrollarse. Para el mandatario, la verdadera política social es la estabilidad y el crecimiento sostenido.
Sobre el cierre, el Presidente reconoció que las expectativas sobre su gestión son altas y que cada decisión es observada con lupa. En ese sentido, aseguró que su Gobierno está obligado a mostrar resultados concretos y que cualquier desvío es duramente cuestionado. Aun así, ratificó su convicción de avanzar sin titubeos en el camino elegido, convencido de que los cambios estructurales requieren determinación y costos políticos.
Con un discurso que combinó definiciones económicas, mensajes políticos y reafirmación ideológica, Milei volvió a dejar en claro que no planea modificar el rumbo. La promesa de una inflación mensual con cifras cercanas a cero se convirtió en el eje más resonante de la jornada y marca uno de los principales desafíos que el Gobierno se propone cumplir de cara al próximo año.