El transporte aéreo en Argentina volverá a verse afectado en las próximas semanas por una serie de paros anunciados por los controladores aéreos, en el marco de un conflicto salarial y operativo que sigue sin resolución. Las medidas de fuerza alcanzarán tanto a vuelos de cabotaje como internacionales y se darán en distintas franjas horarias, con impacto directo en los despegues desde aeropuertos de todo el país.
El plan de acción fue definido por la Asociación Técnicos y Empleados de Protección y Seguridad a la Aeronavegación (Atepsa), el gremio que nuclea a los trabajadores encargados de la navegación aérea. Según expresaron desde la organización sindical, la decisión de profundizar las protestas se tomó tras el fracaso de las negociaciones con la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA), a la que acusan de incumplir acuerdos previos y de no dar respuestas a reclamos que llevan varios meses.
Las medidas se producen en un contexto de creciente demanda de vuelos, con mayor movimiento por las vacaciones de verano y las fiestas de fin de año. En ese escenario, cualquier restricción en la operación aérea genera demoras, reprogramaciones y complicaciones para miles de pasajeros que dependen del transporte aerocomercial.
Desde Atepsa sostienen que el conflicto no es nuevo y que ya se habían realizado interrupciones parciales durante noviembre, especialmente en el sector de carga. Sin embargo, ante la falta de avances, el gremio resolvió ampliar el alcance de las protestas y fijar fechas concretas que afectarán a la aviación comercial.
Entre los principales reclamos figuran la reapertura de la paritaria, mejoras salariales acordes al aumento del costo de vida, la reincorporación de trabajadores despedidos sin causa y la resolución de más de 60 reclamos operativos pendientes. También se incluyen pedidos de revisión de ítems como el adicional por refrigerio y el reconocimiento de la trayectoria laboral dentro del sistema de navegación aérea.
Los trabajadores advierten que la situación salarial se volvió insostenible frente al crecimiento de las operaciones aéreas. Según plantean, los ingresos actuales obligan a muchos controladores a buscar más de un empleo para llegar a fin de mes, una situación que consideran incompatible con los estándares internacionales de seguridad aérea y con la responsabilidad que implica su tarea.
El cronograma de paros anunciado por el gremio prevé afectaciones escalonadas. El miércoles 17 de diciembre y el jueves 18 se verán comprometidos los despegues de vuelos de cabotaje en distintas franjas horarias. La medida se repetirá el martes 23, también con impacto en vuelos nacionales. Luego, el sábado 27 de diciembre, la protesta alcanzará a los vuelos internacionales, mientras que el lunes 29 se extenderá a toda la aviación, sin distinción de destinos.
Desde el sindicato aclararon que las medidas de fuerza no implican el cierre total de los aeropuertos, pero sí la restricción en la autorización de despegues durante los horarios anunciados. En concreto, no se recibirán ni transmitirán planes de vuelo mientras dure cada paro, lo que genera demoras en tierra y obliga a reprogramar operaciones.
De todos modos, quedaron exceptuadas de la protesta las aeronaves que se declaren en emergencia y aquellas que cumplan funciones sanitarias, humanitarias, de Estado, búsqueda y salvamento. Estas operaciones tendrán prioridad y no se verán afectadas por las restricciones gremiales.
Por su parte, desde EANA ratificaron su voluntad de diálogo y aseguraron que el proceso de negociación sigue abierto. La empresa estatal cuestionó la decisión del gremio de avanzar con paros mientras aún se desarrollan instancias formales de discusión y señaló que no se puede dar por cerrada la negociación de manera unilateral.
En ese marco, la Secretaría de Trabajo convocó a una nueva audiencia para el miércoles 17 de diciembre, con el objetivo de acercar posiciones y evitar mayores complicaciones para los usuarios del sistema aéreo. La expectativa oficial es que ese encuentro permita destrabar el conflicto y reducir el impacto de las medidas en plena temporada alta.
Mientras tanto, las aerolíneas recomiendan a los pasajeros mantenerse informados sobre el estado de sus vuelos, verificar posibles cambios en los horarios y consultar con anticipación antes de dirigirse a los aeropuertos. El conflicto entre los controladores aéreos y EANA vuelve a poner en evidencia la fragilidad del sistema aerocomercial frente a disputas laborales no resueltas y la necesidad de acuerdos que garanticen tanto los derechos de los trabajadores como la continuidad del servicio.
