La tranquilidad de San Salvador de Jujuy se vio interrumpida por un caso que parece sacado de una película de terror. Matías Jurado fue acusado formalmente por el asesinato de Jorge Omar Anachuri, de 68 años. Pero las autoridades creen que este crimen sería solo uno de una cadena de al menos cinco, todos cometidos con una metodología tan perturbadora como precisa.
La fiscalía provincial investiga si Jurado sería un asesino serial, cuyos crímenes se centraban en personas en situación de calle. Los detalles del caso generaron una profunda conmoción en la comunidad local, donde vecinos del barrio Alto Comedero aún intentan comprender la magnitud de lo sucedido.
El apodo que hoy circula en los medios, "el homicida de los viernes", no es casualidad. Las autoridades detectaron que los crímenes habrían ocurrido todos los días viernes. Las víctimas eran hombres, la mayoría mayores de 50 años, que se encontraban en situación de vulnerabilidad.
De acuerdo a la investigación encabezada por el fiscal Guillermo Beller, Jurado atraía a sus víctimas con promesas falsas. Les ofrecía trabajo como maleteros en la terminal de ómnibus o simplemente los invitaba a compartir una bebida en su casa. El engaño comenzaba con un viaje en taxi que los trasladaba hasta su domicilio en el barrio Alto Comedero.
Una vez allí, el horror. Según los informes judiciales, Jurado golpeaba a los hombres, los asesinaba y posteriormente los descuartizaba. Los restos eran enterrados en un descampado cercano. Esta secuencia se habría repetido al menos cinco veces.
El avance clave en la investigación llegó gracias al testimonio de un joven de 16 años, sobrino del acusado. El adolescente convivía con Jurado y fue quien se animó a revelar lo que ocurría puertas adentro. Su relato permitió establecer un patrón: todos los crímenes ocurrían los viernes, las víctimas eran hombres mayores y el horror tenía lugar en la misma vivienda familiar.
Además, el menor detalló que el padre de Jurado —abuelo del testigo— también vivía en la casa, y se investiga si tuvo algún grado de participación o conocimiento de los hechos. Por el momento, se encuentra hospitalizado y se espera que reciba el alta médica para tomarle declaración.
Las imágenes de cámaras de seguridad fueron otro elemento clave. En al menos dos videos se ve a Jurado acompañando a las víctimas hasta su domicilio. En ambos casos, los registros mostraban a los hombres subiendo a un taxi junto al acusado. Uno de ellos tenía antecedentes por delitos violentos, lo que inicialmente hizo pensar que se trataba de casos aislados o vinculados al entorno delictivo.
Sin embargo, al conectar estas pruebas con los testimonios y las denuncias previas, los fiscales comenzaron a detectar un patrón. "Cinco denuncias que parecían no tener relación terminaron apuntando al mismo responsable", explicó el fiscal Beller. Fue entonces cuando todo cobró sentido.
Poco se sabe aún sobre el perfil psicológico de Jurado. Hasta ahora, no había sido señalado por hechos similares ni contaba con antecedentes penales graves. Sus vecinos lo describen como una persona reservada, incluso amable. Pero puertas adentro, se escondía una realidad atroz.
El caso ahora está en plena etapa de investigación, y se esperan peritajes psiquiátricos para evaluar el estado mental del acusado y su posible capacidad de comprender la criminalidad de sus actos. Por lo pronto, se encuentra detenido e imputado por homicidio, pero podrían sumarse nuevas acusaciones conforme avance el expediente.
La magnitud del caso no solo causó estupor en la provincia del norte, sino que también captó la atención nacional. Las redes sociales explotaron con reacciones ante el perfil de Jurado y la frialdad de su accionar. La reiteración de los crímenes y la elección meticulosa de sus víctimas despiertan interrogantes profundos sobre cómo nadie pudo haber detectado antes lo que ocurría.
Además, se reabre el debate sobre la situación de las personas en situación de calle y su exposición a la violencia. “Si estas víctimas hubiesen tenido un techo o una red de contención, quizás no estaríamos hablando de esto”, comentó una trabajadora social local.
Uno de los temores de los investigadores es que los cinco casos conocidos no sean los únicos. Dado el modus operandi y el perfil de las víctimas, muchas de ellas sin familia o con paradero desconocido, no se descarta que haya más personas afectadas.
El procurador Sergio Lello Sánchez indicó que se están revisando archivos de personas desaparecidas en la zona en los últimos años. También se están llevando a cabo excavaciones en terrenos baldíos cercanos a la vivienda de Jurado para buscar posibles restos.
La causa se encuentra bajo secreto de sumario, pero trascendió que en los próximos días se podrían presentar nuevas imputaciones. El trabajo forense será clave para determinar si los restos hallados corresponden a todas las víctimas identificadas o si existen más cuerpos sin identificar.
Mientras tanto, el caso de Matías Jurado se perfila como uno de los más escalofriantes en la historia criminal reciente del país. Un asesino serial, silencioso y sistemático, que actuaba en el margen de la sociedad.