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Un testimonio inesperado puede cambiar el rumbo del caso Loan

La declaración de una menor que involucra directamente a su padre reavivó una causa marcada por contradicciones, sospechas y un fuerte hermetismo familiar.

Un testimonio inesperado puede cambiar el rumbo del caso Loan

La investigación por la desaparición de Loan Peña, el niño de cinco años visto por última vez el 13 de junio de 2024, atraviesa uno de sus momentos más delicados desde que comenzó. En las últimas horas, una declaración surgida en el entorno más cercano a uno de los involucrados sacudió el expediente y abrió una línea que podría modificar de manera profunda el curso del proceso judicial.

Según trascendió en el marco de la causa, una menor habría asegurado que su padre fue quien enterró al niño desaparecido. El testimonio, por su gravedad, generó un inmediato movimiento dentro del expediente y volvió a colocar bajo la lupa a personas que ya habían sido señaladas por inconsistencias en sus relatos y comportamientos posteriores al hecho.

El caso Loan se convirtió desde el inicio en un entramado complejo, atravesado por versiones cruzadas, declaraciones contradictorias y maniobras que, para los investigadores, no lograron ser explicadas de manera convincente. A más de medio año de la desaparición, el paradero del niño sigue siendo desconocido y las hipótesis iniciales —que incluyeron desde un accidente hasta delitos de mayor gravedad— no pudieron ser confirmadas con pruebas concluyentes.

La nueva información surge del círculo íntimo de un allegado a María Victoria Caillava, exfuncionaria municipal que participó del almuerzo familiar el día en que Loan fue visto por última vez. En ese contexto, la menor habría manifestado haber escuchado una confesión directa de su padre, lo que encendió alarmas inmediatas en el ámbito judicial.

A partir de esos dichos, también se conoció que la niña habría sido intimidada para que no repitiera lo que sabía. Esa situación, lejos de cerrar el tema, profundizó las sospechas sobre un posible encubrimiento y reforzó la idea de que aún existen datos clave que no salieron a la luz. Para los investigadores, cualquier intento de silenciar un testimonio, más aún tratándose de una menor, reviste una gravedad extrema.

El hombre señalado es cercano a Pablo Bertón, hijo de Caillava, quien ya había sido investigado junto a su esposa por inconsistencias en torno al uso de un vehículo en los días previos y posteriores a la desaparición. Esas contradicciones nunca terminaron de aclararse y ahora vuelven a cobrar relevancia ante la aparición de esta nueva línea de investigación.

Otro elemento que fortaleció las sospechas fue la entrega a la Justicia de un teléfono celular con el historial borrado. Para los investigadores, la eliminación de información sensible en un contexto tan delicado no puede ser tomada como un hecho aislado y se suma a una cadena de conductas que, en conjunto, resultan difíciles de justificar.

La causa avanza hacia una instancia clave. El próximo 27 de febrero está prevista la audiencia preliminar rumbo al juicio oral, en un expediente que ya cuenta con 17 personas imputadas. Entre ellas figuran familiares directos del niño, allegados al entorno más cercano y funcionarios que, según la acusación, habrían tenido un rol activo en el desvío de la investigación.

En la lista de imputados aparecen Laudelia Peña, tía de Loan, y su esposo Bernardino Benítez, además de Caillava y su pareja, el excapitán de navío Carlos Pérez. También está acusado el comisario Walter Maciel, a quien se le atribuye haber obstaculizado las primeras medidas de búsqueda y aportado información que habría confundido deliberadamente el rumbo de la pesquisa.

La causa también incluye a un personaje que generó particular atención desde su aparición. Se trata de Nicolás Soria, conocido mediáticamente como “el americano”, quien se presentó en la zona como supuesto agente de organismos internacionales. Para la Justicia, su presencia no solo fue irregular, sino que habría tenido como finalidad interferir en el avance de la investigación y sembrar versiones falsas.

A lo largo de los meses, el expediente acumuló una serie de episodios que alimentaron la desconfianza social y la sensación de que el caso estuvo rodeado de silencios incómodos. Cambios de declaraciones, relatos que no coincidían entre sí y conductas posteriores difíciles de explicar consolidaron la percepción de que hubo algo más que desorden o negligencia.

La declaración de la menor, en ese marco, aparece como un punto de quiebre. Si bien deberá ser analizada con extremo cuidado y bajo protocolos específicos, su contenido obliga a revisar nuevamente hechos y responsabilidades que parecían estancadas. Para los investigadores, cualquier dato que permita reconstruir qué ocurrió realmente con Loan resulta fundamental.

Mientras tanto, la familia del niño continúa esperando respuestas. A casi ocho meses de la desaparición, el dolor sigue intacto y la causa judicial avanza entre expectativas, tensiones y nuevas revelaciones que vuelven a sacudir un caso que conmocionó a todo el país.

El proceso judicial entra ahora en una etapa decisiva, donde cada testimonio, cada pericia y cada cruce de información puede resultar determinante. La expectativa está puesta en que, finalmente, la verdad pueda salir a la luz y se esclarezca qué pasó con Loan Peña.


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