La Justicia de Salta condenó a ocho años de prisión a un hombre por el delito de abuso sexual agravado contra una adolescente de 15 años, en un hecho ocurrido en el ámbito familiar. El agresor era pareja de la madre de la víctima y convivía con ella al momento de los hechos.
La sentencia se dictó tras la audiencia de debate, donde se acreditó la responsabilidad penal del acusado. El tribunal lo declaró culpable de abuso sexual con acceso carnal, agravado por la convivencia con una menor de 18 años, una figura penal que contempla penas elevadas debido a la situación de especial vulnerabilidad de la víctima.
La causa se inició en septiembre de 2023, cuando la madre de la adolescente denunció a su pareja al tomar conocimiento de lo ocurrido. A partir de ese momento, intervino la Unidad de Delitos contra la Integridad Sexual del Ministerio Público Fiscal, que llevó adelante la investigación y las medidas necesarias para resguardar a la menor.
Durante el proceso judicial se pudo establecer que el abuso ocurrió en la vivienda familiar, mientras la madre se encontraba trabajando. La adolescente relató que el hombre ingresó a su habitación, se acostó en su cama y abusó sexualmente de ella. Su testimonio fue considerado central para el avance de la causa.
La declaración de la víctima fue incorporada al juicio a través del sistema de Circuito Cerrado de Televisión, una herramienta utilizada para evitar la revictimización en casos de delitos sexuales contra menores. El relato fue valorado por su coherencia y claridad, y se mantuvo consistente a lo largo de la investigación.
Durante el debate también declararon distintas personas vinculadas al entorno familiar, además de incorporarse informes médicos, psicológicos y socioambientales. Estas pruebas permitieron reconstruir el contexto en el que ocurrieron los hechos y el impacto que tuvo el abuso en la vida de la adolescente.
Los informes psicológicos dieron cuenta de secuelas emocionales compatibles con situaciones de abuso sexual intrafamiliar, mientras que los estudios socioambientales aportaron datos sobre la convivencia y el rol que ocupaba el acusado dentro del hogar, aspectos que fueron considerados agravantes al momento de dictar la sentencia.
La jueza interviniente sostuvo que el acusado se valió de la relación de confianza y de la convivencia para cometer el abuso, vulnerando gravemente los derechos de la menor. En ese marco, consideró probada la autoría del hecho y dispuso la pena de ocho años de prisión efectiva.
