Un viaje que prometía ser una simple travesía comercial terminó convertido en un operativo que sacudió la tranquila circulación de la Ruta Nacional 38, a la altura del sur tucumano. Dos hombres oriundos de San Ramón de la Nueva Orán fueron detenidos por Gendarmería Nacional luego de que se descubriera que trasladaban más de seis kilos de marihuana en un colectivo tipo tour de compras que se dirigía a Mendoza. El hallazgo, que generó un fuerte impacto en la región, vuelve a poner en escena el uso del corredor Salta–Tucumán como ruta frecuente para el transporte de estupefacientes.
Todo comenzó durante un control de rutina del Escuadrón Núcleo “Aguilares”, una unidad que suele trabajar en operativos sobre la RN 38 debido al tránsito constante de ómnibus, utilitarios y camiones que conectan el norte del país con distintos puntos del centro y Cuyo. Ese día, los gendarmes detuvieron el colectivo y comenzaron a revisar el sector trasero, donde estaban los asientos 29 y 30. Entre bolsos, frazadas y paquetes típicos de quienes viajan en tours de compras, algo llamó la atención de inmediato: un parlante portátil cuyo peso no coincidía con su tamaño y que, además, despedía un olor penetrante que no pasó desapercibido.
La escena encendió las alarmas. Los uniformados identificaron rápidamente a los propietarios del parlante y observaron un detalle que terminó siendo determinante: uno de los hombres llevaba puesta ropa gruesa, más propia del invierno que de la jornada calurosa que se vivía en la zona. Esa contradicción llevó a los efectivos a profundizar la inspección y consultar al Juzgado Federal N.º 1 de Tucumán para avanzar con una revisión más exhaustiva.
Con la autorización judicial correspondiente, los dos pasajeros fueron trasladados hasta la Unidad de Gendarmería para realizar un control completo, lejos del movimiento del colectivo y en un espacio adecuado para respetar los protocolos. Una vez allí, se constató lo que los uniformados sospechaban: debajo de la ropa abultada, uno de los hombres llevaba 12 planchas adheridas al cuerpo, desde el abdomen hasta las piernas. Todas estaban envueltas en nylon y contenían marihuana compactada. La improvisada “camisa” de paquetes había sido ajustada de manera casera, pero con la intención clara de evitar los escáneres o controles superficiales.
Mientras tanto, otro grupo de gendarmes procedía a desarmar el parlante que había despertado las sospechas iniciales. Al abrirlo, surgió la segunda parte del hallazgo: seis paquetes adicionales, prolijamente acomodados dentro de la estructura interna del aparato. Los agentes destacaron la forma en que había sido intervenido el parlante, ya que conservaba su carcasa externa intacta y mantenía parte de sus componentes para simular normalidad, pese a que el funcionamiento era prácticamente nulo.
El pesaje final arrojó un total de 6 kilos 375 gramos de marihuana, lo que refuerza la teoría de que el cargamento tenía como destino final la provincia de Mendoza y, posiblemente, otras ciudades del centro del país. En este tipo de viajes de compras, que son habituales en Salta, Tucumán y Jujuy, los controles suelen ser aleatorios y breves, por lo que quienes intentan mover droga buscan camuflarla en objetos cotidianos o entre la vestimenta de los pasajeros.
El caso no pasó desapercibido entre los propios viajeros del ómnibus, quienes vieron interrumpido su trayecto durante varias horas mientras se realizaban las diligencias del procedimiento. Más allá de la incomodidad lógica, muchos se mostraron sorprendidos por la creatividad y la audacia de los métodos utilizados para intentar evadir a las fuerzas de seguridad, especialmente en un recorrido donde los controles son cada vez más frecuentes debido al crecimiento del tráfico de sustancias prohibidas en el NOA.
Una vez confirmada la presencia de cannabis sativa mediante pruebas Narcotest, el juez federal actuante ordenó el secuestrado de toda la droga, así como el decomiso de los teléfonos celulares de los detenidos, que serán analizados para determinar si operaban solos o si formaban parte de una organización mayor. Los dos hombres quedaron inmediatamente imputados por violar la Ley 23.737 de estupefacientes, que regula y penaliza el transporte, comercio y tenencia de drogas con fines de distribución.
En Salta, particularmente en Orán, este tipo de situaciones no resultan desconocidas. La ciudad, ubicada cerca del límite con Bolivia, suele aparecer en investigaciones vinculadas al tráfico de marihuana y cocaína que se desplaza hacia Tucumán, Santiago del Estero, Córdoba y Mendoza. Sin embargo, cada caso tiene su particularidad, y este llamó la atención por la combinación de métodos artesanales y creatividad en la ocultación, algo que las fuerzas de seguridad observan con atención porque suele indicar un cambio o adaptación en las formas de trasladar droga.
Fuentes cercanas a la investigación sostienen que el uso de parlantes, electrodomésticos modificados o equipaje intervenido se ha vuelto más frecuente debido a que permite disimular peso y volumen sin generar demasiadas sospechas visuales. En tours de compras, donde los pasajeros suelen llevar mercadería, dispositivos electrónicos y ropa en grandes cantidades, este tipo de maniobras puede pasar inadvertido si no se realiza un control minucioso.
Más allá del operativo puntual, el caso abre nuevamente el debate sobre la circulación de droga en rutas nacionales y los desafíos que enfrentan las fuerzas que operan en Salta y Tucumán. La RN 38, en particular, se consolidó en los últimos años como uno de los corredores más utilizados por quienes trasladan estupefacientes desde el norte. Las características del camino —extenso, con múltiples accesos y gran movimiento de transporte informal— lo convierten en una vía atractiva para redes que buscan evitar puntos de control más estrictos como los de la RN 9 o la RN 34.
En Salta, autoridades y especialistas coinciden en que la cooperación entre fuerzas federales y provinciales resulta clave para detectar estas maniobras antes de que la droga atraviese varias jurisdicciones. También remarcan la necesidad de fortalecer los sistemas de control en terminales y empresas que operan tours de compras, un sector que, por su modalidad, puede convertirse en un canal atractivo para el traslado de mercadería ilegal.
Por lo pronto, los dos detenidos permanecerán alojados a disposición de la Justicia Federal hasta que avance la investigación y se determine el nivel de responsabilidad de cada uno. No se descarta que, a partir de la información que pueda surgir del análisis de sus teléfonos, se identifiquen otros involucrados o se reconstruya el trayecto completo del cargamento.
Mientras tanto, el operativo vuelve a poner en agenda la problemática del narcotráfico en el norte argentino y el rol que cumplen las rutas que conectan Salta con Tucumán, un corredor donde conviven el turismo, la actividad comercial y, como quedó demostrado en esta ocasión, el movimiento de sustancias ilegales que buscan llegar a los grandes centros urbanos del país. Para Gendarmería, la clave seguirá estando en la detección temprana y en la capacidad de identificar patrones, por más simples o improvisados que parezcan.
Lo cierto es que, gracias a la intervención oportuna del Escuadrón “Aguilares”, la droga no llegó a destino y dos nuevas detenciones se suman a la lista de operativos desarrollados en la región. Un recordatorio más de que, en las rutas del NOA, nada es tan inocente como parece a primera vista.