La aparición de un cadáver en avanzado estado de descomposición en el norte de la provincia volvió a prender las alarmas. En un contexto plagado por hechos de violencia extrema, varios de ellos ocurridos de forma sistemática con sesgos mafiosos y aún sin resolver, el nuevo hallazgo abrió rápidamente una investigación penal, aunque en esta oportunidad los primeros indicios parecen indicar que el cuerpo carece de signos compatibles con un hecho delictivo.
El domingo un hombre a quien fuentes identificaron como "el jefe de una empresa de seguridad privada" fue el encargado de avisar sobre el hallazgo. En un primer momento, y a una cierta distancia, lo observado por el hombre no era más que un extraño bulto, sin embargo al acercarse al mismo terminó confirmando el macabro suceso.
Además de confirmar que un cuerpo humano yacía en el lugar, el cráneo estaba separado del cuerpo, a una distancia de poco más de un metro. Sumado al horror de la escena, el olor nauseabundo, según se pudo saber, era muy fuerte.
Inmediatamente el hombre llamó a la Policía para dar cuenta del terrible descubrimiento, se encontraba a algunos metros de la ruta nacional 34, lindante con una finca ubicada cerca del kilómetro 1280, a la altura de la localidad de Pichanal. Era cerca de las 19.30 del domingo pasado.
Personal de la comisaría 1ª del sector 1, con asiento en la mencionada localidad, se trasladaron con una comisión de uniformados hasta el lugar, intervino la Fiscalía Penal de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas de esa jurisdicción, en este caso a través de la fiscal auxiliar Bernard, quien impulsó las primeras órdenes en la investigación. Según consignó diario El Tribuno
Características
Al lugar comenzaron a llegar diferentes profesionales de seguridad, personal de la División Criminalística del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF) y la División Homicidios, entre otros, trabajaron en el lugar, escenario que se preservó para evitar la contaminación de potenciales pruebas que pudieran encontrarse.
El hombre que alertó se encargó de describir la zona donde halló el cuerpo, si bien el cadáver estaba nauseabundo y su identificación era compleja, lo primero que pudieron descifrar los peritos fue que al parecer la persona vestía un buzo color verde con rayas blancas, pantalón negro con zapatillas del mismo color.
Con el correr de las horas, el caso quedó a cargo de la fiscal Soledad Filtrín Cuezzo, quien determinó distintas medidas, como el traslado del cuerpo al Servicio de Tanatología Forense del CIF Orán, donde en un informe preliminar se pudo conocer que no presenta signos externos que pudieran hacer presumir que fue víctima de la comisión de un delito.
Ante el avanzado estado de descomposición y al dificultarse la identificación de forma fehaciente, se tomaron muestras genéticas que permitirán realizar el cotejo con la madre de un joven reportado como desaparecido desde el pasado 15 de abril en Pichanal y que, se presume, sería la persona fallecida.
Por el momento todo es materia de investigación y cotejos, en las próximas horas se sabrá si se trata del joven de 20 años buscado por su familia.