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Empresarios denuncian coimas millonarias para aprobar los permisos del sistema SIRA

El sistema de control y monitoreo de importaciones lanzado por Sergio Massa en octubre del año pasado generó el caldo de cultivo propicio para la proliferación de la corrupción.

Empresarios denuncian coimas millonarias para aprobar los permisos del sistema SIRA

Formalmente conocido como “Sistema de Importaciones de la República Argentina” o SIRA, es un mecanismo instrumentado por Sergio Massa entre septiembre y octubre del año pasado, diseñado para boicotear el ingreso de importaciones con el fin de limitar la sangría de divisas del Banco Central en el contexto del cepo cambiario.

Este esquema no solo limitó gravemente el ingreso de insumos básicos para la sostener la producción industria (paralizada hace 15 meses) o para garantizar el abastecimiento del mercado doméstico de combustibles, sino que además provocó faltantes en insumos médicos indispensables que obligaron a muchos centros hospitalarios a postergar tratamientos y deteriorar las condiciones del sistema de salud.

El sistema SIRA generó un caldo de cultivo inmejorable para el surgimiento de la corrupción. Para poder importar cualquier cosa (el 100% de las partidas arancelarias se ven afectadas), las empresas deben tramitar un permiso previo de importación, con la intervención de la Agencia Federal de Ingreso Públicos (AFIP), la Dirección General de Aduanas, la Secretaría de Comercio y el Banco Central (este último para permitir o no el acceso al mercado de cambios legal).

La primera traba importante que sufren las empresas proviene de la AFIP, y se vincula con la “capacidad económica financiera” (CEF) de cada sociedad. El organismo computa el CEF de cada empresa en base a criterios muy poco transparentes (por ejemplo considerando la facturación o la suscripción de SIRAs anteriores). Las empresas denuncian que el personal de la AFIP a menudo ofrece incrementar el CEF a cambio de un monto en pesos proporcional a dicho incremento.

Una vez superada esta barrera, interviene la Secretaría de Comercio bloqueando otra vez las importaciones sin licencias automáticas (se trata de la principal entidad reguladora detrás del sistema SIRA). En este punto, muchos empresarios denunciaron que empleados de la Secretaría ofrecen cambiar el estado de la importación de “observado” a “aprobado”, exigiendo un pago de entre el 8% y el 12% del total de la carga en cuestión.

Pero la historia todavía no termina. Aún con todo esto y habiendo superado toda la tramitación (eventualmente habiendo tenido que lidiar con coimas), ahora le toca el turno de intervenir al Banco Central, responsable de habilitar el acceso al mercado cambiario para que las empresas puedan pagarle a los proveedores en el exterior por sus compras.

El BCRA es responsable de asignar una fecha de ingreso al mercado cambiario oficial, lo cuál puede demorar entre 60 y 180 días, indistintamente del tamaño de cada empresa o del tipo de producto/insumo que se esté importando. Las empresas tienen cada vez más dificultades para negociar con sus respectivos proveedores en el exterior, a los cuales el Banco Central no les ofrece ninguna garantía. Cabe resaltar que la deuda comercial del BCRA con agentes externos ya supera los US$ 54.000 millones.

Incluso habiendo aprobado la aprobación del CEF, el visto bueno de la Secretaría de Comercio y el permiso de acceso al mercado cambiario por parte del Banco Central, ni así es suficiente para poder importar algo en la Argentina de Sergio Massa. Tras la violenta devaluación de agosto, el Gobierno sumó restricciones adicionales completamente arbitrarias, las llamadas “inconsistencias” 46 y 47 en los trámites de habilitación, que limitan los giros de divisas al exterior.

Nuevamente se repite la misma historia, los canales de apelación por vías transparentes quedan desatendidas, y las empresas denuncian que se les exige coimas por hasta el 20% del valor de las mercaderías importadas para poder levantar esta restricción.

Otra restricción adicional a las importaciones se produce a través del sistema CCUCE (la cuenta corriente única de comercio exterior), cuenta desde donde el banco operador puede corroborar que la operación se haya concretado correctamente. Este sistema registró una serie de fallas operativas “por mantenimiento”, y en esta situación los giros de divisas al exterior para financiar importaciones fueron bloqueados sin más remedio y sin más vueltas, aún habiendo adquirido la habilitación de todos los pasos anteriores.

Sergio Massa propone continuar con este fatídico sistema por otros 4 años más para seguir reprimiendo el volumen de importaciones a discreción. El candidato Javier Milei promete ponerle fin al sistema SIRA si gana las elecciones en el balotaje, prometiendo una necesaria apertura de la economía.


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